Un peón agrícola asesinó de 18 puñaladas a su compañera sentimental y minutos después se entregó a las autoridades. El hecho ocurrió el viernes, a eso de las 11 p. m., en la finca bananera Casas Verdes, en Cariari de Guápiles, Limón.
La víctima fue Marisela Bermúdez Cascante, de 30 años de edad. El supuesto asesino es de apellido De la O y tiene 47 años.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó de que la fallecida era madre de una bebé de seis meses de edad, quien vive con la abuela materna.
Según las autoridades, antes del homicidio, la pareja estaba ingiriendo licor dentro de su casa, y, por causas que se desconocen, empezaron a pelear.
Los vecinos de la zona contaron que, luego de una hora de iniciada la discusión, el hombre salió de la vivienda a pedir auxilio porque la mujer se había drogado y estaba “descontrolada”.
Los testigos relataron a las autoridades que, luego de pedir ayuda, De la O ingresó de nuevo a la casa, tomó un cuchillo de cocina y atacó a la víctima en el tórax, espalda y abdomen.
La agredida salió de la vivienda con grandes heridas; empero, cayó desmayada en la vía pública y ahí murió.
La Cruz Roja comunicó que, cuando los paramédicos llegaron al sitio de la emergencia, la mujer tenía un puñal insertado en el pecho y carecía de signos vitales.
Los agentes judiciales levantaron el cuerpo y lo trasladaron hasta la Medicatura Forense, en San Joaquín de Flores, Heredia. Allí se le contaron 18 puñaladas.
Esperó a la Policía. Los lugareños indicaron que, tras el homicidio, el sospechoso les pidió que llamaran a las autoridades.
Marcial Brenes, vecino de la pareja, dijo que De la O llegó a tocarle la puerta para decirle que había matado a su compañera.
“Cuando me dijo que la había matado yo estaba jugando con unos amigos dentro de mi casa. Fui al sitio y confirmé que ella estaba fallecida, que no respiraba. No me extrañó tanto porque, la semana pasada, él le había dicho a una vecina que mataría a su esposa porque ella lo obligaba a comprar artículos caros”, contó Brenes.
El vecino narró que, cuando los oficiales de la Fuerza Pública llegaron, De la O estaba tranquilo.
“Él esperó a las autoridades. Estaba tranquilo, la verdad. Él estaba sentado frente a la casa y, cuando llegó la Policía, lo que hizo fue tirar las manos para atrás para que lo esposaran”, comentó Brenes.
La Policía Judicial informó de que el sospechoso fue remitido al Ministerio Público, donde ayer por la tarde iba a ser interrogado.
Amigos de la pareja contaron que ellos tenían más de un año de vivir en esta zona.