Jéssica Canales Artavia, de 33 años, tenía diez días de desaparecida cuando el OIJ de Liberia aceptó investigar su ausencia, pese a que la familia de la mujer había insistido desde seis días atrás ante los oficiales judiciales.
Patricia Canales, hermana de la mujer cuyo cuerpo apareció calcinado el 5 de marzo en un predio, lamentó ayer que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) tardara en atender la denuncia de la familia.
Según Patricia Canales, la primera vez que ella se presentó ante la delegación de Liberia fue en la tarde del 19 de febrero, cuatro días después de no saber el paradero de su hermana.
Ese día, ella estuvo acompañada por la pareja de la desaparecida, un hombre de apellido Brenes, que actualmente está preso como sospechoso del femicidio.
La hermana de la víctima dijo que los oficiales que la atendieron, rehusaron abrir un caso, pues señalaron que, en apariencia, se trataba de un abandono de hogar.
Los agentes llegaron a esa conclusión luego de escuchar el relato de Brenes, quien aseguró que su compañera se había ido con otro hombre. “Le creyeron más a él que a mí”, reprochó ayer.
La mujer narró que regresó a la oficina policial el 25 de febrero, luego de descartar en Migración que su hermana hubiese salido del país. También afirmó que consultó las llamadas telefónicas realizadas por la desaparecida.
“El celular de ella apareció envuelto en una sábana. Como la línea telefónica estaba a mi nombre, pedí un registro de llamadas, y la última era del 15 de febrero”, relató.
Ese día (25 de febrero), los agentes tomaron la denuncia, “luego de media hora de insistirles”, afirmó.
‘Distracción’. Francisco Segura, director del OIJ, admitió que la denuncia no se recibió en el primer momento, pues, según argumentó, el testimonio del compañero de la víctima se convirtió en un elemento de distracción para la Policía.
Segura recalcó que las desapariciones, por sí solas, no constituyen un delito, por lo que debe haber indicios de que la persona no se fue por su propia decisión.
“En este caso, el esposo de la mujer dijo que ella tenía un novio hondureño, que él le había encontrado unos mensajes de texto y que ella se había llevado la ropa.
”No teníamos ninguna denuncia previa de violencia doméstica, o algo que nos hiciera sospechar; todo daba a entender que era un abandono del hogar”, manifestó el jerarca.
Segura explicó que la Policía Judicial tiene protocolos para determinar cuándo abrir un caso.
“Debe quedar claro que la Policía actúa, pero que no hay una receta. Hay casos de casos y se deben valorar”, indicó.