Cumplía apenas los dos años de edad cuando su propio padre le arrebató la vida. El cuerpo de la pequeña apareció tirado en el piso, con una herida de cuchillo en el cuello.
El cadáver de su progenitor, quien tenía 25 años de edad, colgaba ahorcado en el cuarto de pilas. La expareja del joven y sus familiares no encontraron explicación de por qué él tomó tal fatídica decisión.
La muerte de esa niña, que ocurrió el 28 de mayo del 2011 en Desamparados, San José, engrosó las estadísticas del Poder Judicial, las cuales, al final de ese año, llegaron a 14 menores asesinados por sus padres biológicos.
El primero de esos crímenes ocurrió el 19 de febrero en Paso Canoas de Corredores, Puntarenas, cuando un hombre asesinó a balazos a su hija, de 12 años de edad, y a su esposa, de 32 años.
En ese caso, la pareja estaba separada y la mujer había solicitado medidas de protección.
El dato de niños muertos por sus progenitores fue incorporado en el decimoctavo informe Estado de la Nación , el cual fue presentado el pasado 6 de noviembre.
El estudio señaló que la cifra es igual a la reportada en el 2010 y la más elevada de la última década.
Durante el 2009 se registraron cinco casos; y en el 2008, dos.
El informe enfatizó en que a nivel de país la tasa de homicidios dolosos por cada 100.000 habitantes bajó de 11,2 en el 2010 a 9,7 en el 2011, y que, sin embargo, “persisten elevados índices de violencia intrafamiliar que se expresan en la cantidad de femicidios y de homicidios de padres contra sus hijos”.
Pequeñas víctimas. De acuerdo con los datos registrados por el Poder Judicial, 12 de los 14 menores asesinados por sus padres en el 2011 tenían menos de cinco años de edad. Uno tenía cinco años y el mayor, 12 años de edad.
Además, la mayoría de las víctimas eran hombres (8) y la principal causa de muerte fue la asfixia.
El informe Estado de la Nación destacó que durante la última década las agresiones eran cometidas por las madres, pero que, en el 2011 la mitad de los casos fueron perpetrados por los padres.
Jorge Urbina, gerente técnico del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), consideró que el maltrato infantil no puede verse como un tema aislado.
“Está vinculado a una multiplicidad de factores, de orden psicológico, económico, cultural, social y hasta biológico (...). El que haya un aumento de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes, y que dicho aumento se frague especialmente en sus núcleos familiares, evidencia el deterioro de las condiciones sociales de un país”, manifestó el abogado.
El PANI atiende por año a 30.000 menores que han sido víctimas de maltrato. En el 90% de los casos, las agresiones provienen de los padres, madres o de quienes están encargados de cuidarlos, según reportó la entidad.
Penas. De acuerdo con el Código Penal, los padres que asesinan a sus hijos se exponen a penas de entre los 20 a 35 años de cárcel.
Precisamente, hoy se inicia el juicio contra una mujer de apellido Zúñiga, quien es sospechosa de asfixiar a su hija, de tres años de edad. La niña murió el 2 de agosto del 2010 en la casa de la imputada, en Moravia, San José.
Durante el presente año también se han registrado varias muertes de menores, aparentemente asesinados por sus padres. La última ocurrió el 7 de noviembre en Upala, Alajuela.