Rolando Fonseca Jiménez hace un recuento del tiempo en el que su nombre ha figurado en una pesquisa por supuesto de lavado de dinero.
Su cuenta no se inicia en mayo del 2013, cuando se le vinculó al polémico préstamo de un avión a la entonces presidenta de la República, Laura Chinchilla Miranda , por parte de un empresario colombiano, de apellido Morales, investigado en su país.
La situación dio pie a un allanamiento en la casa de Fonseca.
El exfutbolista dice tomar como referencia lo que la Fiscalía y la prensa indicaron en ese entonces: que él es parte de la pesquisa desde el 2011.
“Entonces, vamos a hablar de que llevan más de tres años y medio investigando. Señores: ¿qué encontraron?, ¿qué es lo que involucra a Rolando Fonseca en esto?”, dijo.
El martes 26 de agosto se presentó en la oficina de su abogado, Erick Ramos, en Sabana Norte, luego de acceder a tener una entrevista con La Nación.
Agradeció que se le buscara, pues insistió en que se debe conocer la verdad. Sin embargo, por recomendación de Ramos, esa verdad no incluyó detalles de lo sucedido en mayo del año anterior.
Tampoco habló de qué tipo de asesorías daba a compañías como la petrolera THX Energy (dueña del avión) o de si posteriormente ha tenido contacto con Morales o con el exministro de Comunicación Francisco Chacón, quien lo relacionó rcon dicho préstamo.
Las manifestaciones del exdeportista se centraron en reclamar que la Fiscalía no lo excluya de la pesquisa y en reprobar publicaciones de la prensa.
“Tengo un certificado desde abril del 2014 que dice que Rolando Fonseca no es imputado. Sé que la Fiscalía ha trabajado bastante, ha investigado mucho. Lo raro es que se investiga mucho, pero nada de Rolando Fonseca.
”Yo estoy dentro de ese combo que hay ahí y yo pregunto: ¿qué pasa conmigo? porque la persona más afectada ha sido Rolando Fonseca. Rolando Fonseca y su familia han sido los humillados, ultrajados, cuestionados y, no solo eso, sino que queda un estigma en la gente de que ahí está el narco, ahí está el lavador de dinero y esa es la etiqueta que me han puesto”.
La Fiscalía Adjunta de Legitimación de Capitales manifestó que el caso se mantiene en investiga¬¬ción, pero que se está a la espera de una asistencia penal de Colombia.
Cambio. Fonseca dice ser ahora un desempleado.
“Desde el día del allanamiento, en mayo, yo no puedo trabajar con nadie, ¿por qué? por algo muy simple, yo trabajaba dando asesorías por medio de mi imagen; hoy no puedo, ¿por qué? Porque me han etiquetado con algo muy grande, con un daño muy grande”.
¿Cómo sostiene a su familia?
“La gracia de Dios. Ha sido muy difícil. Ya se acabaron los ahorros, ya no hay nada”, dice quien minutos después, al salir de la oficina, se irá en un vehículo Land Rover Discovery, año 2007, propiedad de otra persona.
A nombre de Fonseca, solo hay dos autos, de años 1986 y 1987, cuyos nuevos dueños nunca los traspasaron, alega. También, dos pedazos pequeños de tierra que son nichos para tumbas, según aclaró.
Los siete carros que en algún momento aparecieron a su nombre, ya no lo están. Fue de lo único que se deshizo, afirma.
El abogado Ramos interviene en este punto.
“Eran consecuencia de una transacción inmobiliaria, que era consecuencia de un financiamiento bancario (...) Hay que ver qué modelos son y cuánto valen en realidad”, comentó Ramos.
Fonseca resalta que el yate decomisado (y ya devuelto) no era suyo.
‘Chivo expiatorio’. La explicación que da a su situación es “un problema mediático”. “Porque cuando le pregunto a la Fiscalía, me dicen que es algo de interés público, ¿cuál fue el interés público?, ¿desnudar a Rolando Fonseca? Eso fue. El avión, sigue, el yate, sigue. La vida de la gente que se montó en el avión sigue normal.
”Apareció un chivo expiatorio. Desviaron toda la atención que había en aquel momento políticamente a Rolando Fonseca”, dice.