El Banco de Costa Rica (BCR) aseguró tener controles “de avanzada” para luchar contra la incursión del narcotráfico.
Así lo expusieron ayer las autoridades de esa entidad, al referirse a la detención de dos cajeros de Limón, de apellidos Sacasa y Chacón, la semana pasada.
A esos funcionarios se les vincula con una organización criminal formada y liderada por costarricenses que traficaba cocaína desde Colombia hasta Bélgica. De acuerdo con el Ministerio Público, los cajeros aprovecharon sus puestos para legitimar alrededor de ¢96 millones.
Mario Rivera, gerente general del BCR, detalló que descubrieron las operaciones ilícitas mediante sistemas tecnológicos y de investigación que tiene el banco para detectar “movimientos inusuales”, tanto a nivel transaccional como físico, y que generan alertas. Agregó que, inmediatamente, se avisó a la Policía.
“La denuncia coincidió con una investigación que estaban haciendo las autoridades judiciales. Lo más fácil hubiese sido cortar eso y despedir a los empleados, pero por la colaboración que dimos en este caso, es que se logra detener a toda la banda (12 miembros)”, manifestó Rivera.
El gerente de seguridad bancaria del BCR, Carlos Astorga, detalló que notaron las irregularidades hace más de dos años pero que se permitió que las actividades continuaran a petición de la Fiscalía.
Movimientos. Los cajeros detenidos tenían siete años de laborar en el banco.
Astorga señaló que entre los movimientos que hacían estaban: “transacciones sin que el cliente estuviera en ventanilla o que el cajero se pasara de ventanilla cuando llegaba algún cliente, el pitufeo (hacer transacciones seguidas con montos pequeños)”.
Esas actividades fueron registradas por cámaras y analizadas por sistemas inteligentes que alertaron a los investigadores, según comentó el encargado de la seguridad de la entidad financiera.
Eduardo Ramírez, director jurídico del BCR, resaltó que no existe registro de que antes de ese periodo estos empleados hubiesen cometido acciones similares.
Sobre este punto el gerente general destacó: “Eso nos da la seguridad de que su entrada al banco no fue adrede (para colaborar con el narco). Los procesos de ingreso al banco no son infalibles, pero son muy estrictos”, expresó Rivera.
Señaló que el banco mantiene una política llamada “Conozca a sus empleados”.
“Un cambio en sus hábitos o que por sus ingresos puede vivir en un barrio de clase media y de pronto vive en un condominio carísimo en Escazú (...) Con base en eso se hacen reportes a la parte de investigaciones”, explicó.
Sobre la posibilidad de más empleados ligados al narcotráfico, Rivera reconoció que “seguridad al 100% no le puedo dar (que no haya otros)”.
“ De lo que estoy seguro es que la actividad de control, de investigación y los procesos que tenemos de alertas preventivas, han sido efectivos. Si hay alguien, le aseguro que los sistemas tarde o temprano lo indicarán”, dijo.