Una mujer, quien es ama de casa, lideraba una organización, que, según la Policía de Control de Drogas (PCD), vendía 50 kilos de cocaína por semana, principalmente en la zona sur.
La sospechosa es de apellido Díaz, tiene 49 años y es conocida como la Patrona. Ella habitaba en La Cuesta de Corredores de Puntarenas, muy cerca de la frontera con Panamá, lo que facilitaba el ingreso de la droga al país.
Agentes de la PCD, en conjunto con la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico, la detuvieron en una acción policial simultánea, que incluyó nueve allanamientos, en donde se capturó a otros ocho cómplices de la líder.
Los operativos se realizaron en La Cuesta, Palmar Norte, Paso Canoas y Ciudad Neily (cantones de Corredores y Osa), informó ayer el ministro de Seguridad Pública, Celso Gamboa.
Las autoridades identificaron a los otros arrestados como de apellidos Hernández, de 38 años, su esposa, apellidada Aguirre, de 34, así como otros hombres de apellidos Rodríguez (33), Hernández (28), Aguilera (22), Salas (32), González (33) y Acosta.
El Ministerio de Seguridad informó de que el 9 de setiembre del 2013 había capturado a otro individuo, de apellido Esquivel, de 31 años. El 28 de marzo pasado se detuvo a una mujer de apellido Espinoza, por pertenecer a la misma organización.
Modo de operar. Según explicó el ministro Celso Gamboa, la investigación sobre el grupo comenzó el 23 de junio del 2013, cuando los agentes de la PCD recibieron informes sobre la venta de drogas en el centro de Palmar Norte.
Cuando los oficiales identificaron a los implicados en la comercialización, se percataron de que pertenecían a una estructura más grande y que la cocaína la traían desde la zona fronteriza con Panamá.
Poco a poco, mediante vigilancias, seguimientos y otras técnicas policiales, los agentes antidrogas lograron ubicar a cada uno de los miembros de la organización.
Cuando la Policía y la Fiscalía consideraron que contaban con las pruebas suficientes para abrir un proceso judicial, fue que decidieron ejecutar las capturas.
De acuerdo con la información policial, Díaz recibía la droga desde Panamá y era la encargada de distribuirla entre sus cómplices.
Estimaciones policiales proyectan que ella tendría ganancias de hasta ¢1 millón semanal.
Asimismo, a modo de ejemplo, se citó que uno de los subdistribuidores, de apellido Hernández, procesaba un kilo de cocaína cada semana. Este individuo operaba en Palmar Norte de Osa y contaba con la colaboración de su esposa, de apellido Aguirre.
Presuntamente, la mujer, además de cuidar la vivienda, realizaba el procesamiento de la cocaína para transformarla en crack y era la encargada de hacer las dosis, según un boletín enviado por el Ministerio de Seguridad.
Aunque la PCD esperaba ayer localizar una bodega con cocaína, no encontraron la droga.
Empero, los agentes judiciales sí detectaron pequeñas cantidades de dosis de cocaína y crack , que, al parecer, estaban listas para ser vendidas.
Asimismo, hallaron armas de fuego, municiones y dinero en efectivo. Los presos fueron puestos a la orden de la Fiscalía de Corredores, en donde se les abrió un proceso penal por el delito de venta de estupefacientes.