Miami. A sabiendas de que enfrentarán una fiscal con fama de intransigente y de ser poco amiga de las fianzas, Ricardo Alem León y Carlos Cerdas Cisneros se presentarán hoy ante la corte federal de esta ciudad en busca de una autorización que les permita abandonar temporalmente la prisión.
Esta tarea, según lo reconocieron sus propios defensores, no será nada fácil; por el contrario, las posibilidades de éxito son mínimas, especialmente si se considera la gravedad de los cargos de narcotráfico que afrontan y el altísimo riesgo de fuga atribuido por la fiscal que lleva el caso, Karen Rochlin.
Esta será la segunda ocasión en que Alem y Cerdas abandonan el Centro Correccional Metropolitano, una prisión con una población mayoritariamente latina y que por sus siglas en inglés se le conoce popularmente como el "Medellín Central Club", dada la prominencia de colombianos indiciados por narcotráfico. Allí se encuentran los ticos desde que fueron recluidos el miércoles pasado tras su detención, a las 9:45 p.m., en las afueras del Hotel Holiday Inn, ubicado en Miami Beach.
En una primera ocasión, ambos habían sido traídos para informárseles de sus derechos a tener un abogado que los defendiera de los cargos iniciales de conspiración para la posesión de cocaína con tentativa de distribución.
Se les vincula con el decomiso de 15 kilos de cocaína hecho aquí a la costarricense Blanca Isela Salas Alfaro, secretaria personal de Alem, ,justamente cuatro días antes de que ellos arribaran a Miami. A ella se le sigue una causa diferente en una corte estatal. (Nota aparte.) La prueba más fuerte, sin embargo, la enfrentrarán Alem y Cerdas el próximo viernes cuando se les lea con lujo de detalles las evidencias acumuladas en su contra y frente a lo cual tendrán que responder si se declaran culpables o inocentes.
Por razones de conveniencia, ni el abogado de Alem, Arturo Hernández, ni el de Cerdas, Richard Díaz, quisieron adelantar cuál será la respuesta de los ticos. Ambos, abogados particulares y con una conocida trayectoria en los círculos judiciales de esta ciudad, han obstruido todo contacto entre La Nación y los imputados.
"No hay ninguna ventaja de que él (Cerdas) hable con la prensa y sí más bien un peligro de que declaraciones suyas puedan ser usadas en su contra", dijo ayer en la mañana Díaz, un veterano con experiencia en defensa criminal federal y quien anteriormente y por un periodo de nueve años se desempeñó como miembro de la Fuerza Antidrogas y el Crimen Organizado de la Ciudad de Miami.
Hernández, más parco en sus declaraciones y arguyendo que no había necesidad de ahondar en las evidencias contra su defendido, sobre Alem sólo dijo que se encuentra "cómodo" y que por el momento no ha oído de ninguna intención de extradición del gobierno de Costa Rica.
Posibilidad remota
Las probabilidades de que Alem y Cerdas sean puestos en libertad provisionalmente van de la mano con el arraigo que tengan en esta ciudad y la cantidad de droga que supuestamente intentaban poseer para distribuir.
Hernández, quien primero advirtió que no le gustaría especular sobre si su defendido podía ser excarcelado o no, al final reconoció que cuando se habla de más de cinco kilos de droga, las posibilidades de liberación son aún menores.
En el caso de Cerdas, un exfiscal limonense, Díaz dijo que su único problema es que carece de familia en este país. "El no tiene antecedentes, las evidencias son muy escasas, proviene de una familia de abogados, es un profesional ", aseguró.
Aún así, Díaz cree que eso no será suficiente para el juez Stephen Brown, quien será la persona que presidirá la audiencia de la fianza hoy a las 10:00 a.m.