El Juzgado de Instrucción de Tibás dictó, anteayer, un nuevo impedimento de salida del país contra Silvia Bello Muñoz, presidenta de la empresa Euroclub y exsecretaria del fundador de la compañía, el prófugo yugoslavo Sulejman Asanoski, conocido como Angel Castillo.
La resolución judicial se tomó con base en un requerimiento de instrucción formal, presentado por el agente fiscal de Tibás, Edgardo Bonilla Astúa, en el que se le atribuyen a Bello cargos por estafa en concurso material. La acción incluye, además, una orden de presentación inmediata, que, de no cumplirse en los primeros días de enero, se convertiría en orden de captura.
A la mujer, quien acumula un total de 12 requerimientos por estafa, se le atribuye la simulación de una venta de electrodomésticos, por más de ¢1 millón, a la empresa Euroclub. Para ello, según el requerimiento, se empleó como agente de ventas de la empresa Instalaciones Telefónicas S.A. (INTEL).
De acuerdo con la acusación, la mercadería en realidad fue a parar a manos de Asanoski y después de esa gestión, Bello nunca volvió a presentarse a las instalaciones de INTEL.
Este es el segundo impedimento de salida del país que se emite contra ella, pues la semana pasada también lo hizo el Juzgado Cuarto de Instrucción de San José, despacho en el que se siguen ocho de las causas en su contra.
No obstante, la presidenta de Euroclub, quien decía mantener contacto con el prófugo, no se ha presentado aún ante los despachos judiciales. El abogado Jorge Orlando Bermúdez Hidalgo, alegó la semana pasada que su cliente padecía de "gastroenteritis y depresión por angustia".
Los cargos contra Bello Muñoz tienen que ver con las estafas cometidas en contra de cerca de 20.000 clientes de la firma Euroclub, que aseguran haber cancelado planes de clubes a la empresa y no haber recibido los viajes o electrodomésticos que les prometieron a cambio.
Su antiguo jefe, Asanoski, también enfrenta cargos por estafas en perjuicio de los clientes, así como un procesamiento por la falsificación y distribución de cheques del Tesoro de Estados Unidos.
El yugoslavo también mantiene deudas por ¢159 millones con el Banco Anglo Costarricense (BAC), por créditos que le fueron aprobados por el exgerente Carlos Hernán Robles, sin la respectiva garantía.