Limón. Dos pilotos guatemaltecos, quienes son padre e hijo, fueron condenados a 15 años de prisión cada uno por transportar cocaína en una avioneta.
La sentencia la dictó el viernes el Tribunal Penal de Limón, conformado por las juezas Karen Parrales, Verónica Dixon y Xinia Marín.
Los sentenciados fueron Jorge Luiz Cruz Barrientos, de 56 años, y su hijo, Édgar Cruz Ponce, de 26.
Cruz es un exmilitar que también trabajó para reconocidas aerolíneas comerciales.
El caso se relaciona con el decomiso de poco más de una tonelada de cocaína que, el 16 de diciembre del 2013, fue descubierta en la aeronave pilotada por los extranjeros.
La incautación se realizó en un aeropuerto privado de Valle La Estrella, Limón.
Las autoridades determinaron que el cargamento provenía de Colombia y que tenía un valor de unos $200 millones.
“La sentencia pudo ser superior por la gravedad del hecho, la cantidad (de cocaína), que es excesiva, y por las consecuencias que la droga está trayendo, no solo al país, sino a la provincia de Limón, que es una cuestión de desastre”, manifestó la jueza Dixon, quien presidió y explicó el fallo.
Actualmente, la avioneta decomisada en este caso se utiliza para viajes del presidente Luis Guillermo Solís al exterior. Es un aparato modelo F90 King Air, serie LA-54.
Sorprendidos. Durante el juicio, los foráneos argumentaron que ellos fueron secuestrados, golpeados y amenazados de muerte, junto con sus familias, para obligarlos a transportar la droga.
No obstante, la jueza Dixon expresó que el Tribunal no les creyó esa versión.
Las investigaciones revelaron que los extranjeros habían ingresado un día antes al país, procedentes de Guatemala, y que llegaron al aeropuerto de Liberia, Guanacaste.
Ahí pasaron por los controles de seguridad y cumplieron todos los requisitos.
Por ello, las autoridades costarricenses avalaron que los pilotos continuaran el viaje. Aparentemente, fueron a Colombia y regresaron.
En la madrugada del día siguiente, el supervisor de una empresa de seguridad se percató de que los dos guardas que laboraban en el campo de aterrizaje no se habían reportado.
El vigilante decidió ir al lugar, pero, además, avisó a la Fuerza Pública que algo ocurría.
Dos oficiales de Valle La Estrella fueron al sitio y encontraron a los guardas amordazados.
Al mismo tiempo, recibieron información del sobrevuelo de una nave, por lo que los policías se escondieron.
Minutos después, aterrizó la avioneta y de esta descendió uno de los pilotos.
Los miembros de la Fuerza Públicas les consultaron por el motivo del viaje y luego revisaron la aeronave. Ahí descubrieron el gran cargamento y llamaron a la Policía de Control de Drogas (PCD), la cual hizo el decomiso.