El director del Banco de Costa Rica Fernando Contreras aseguró ayer que rompió relaciones profesionales con el empresario Luis Fernando Chanto Carvajal, a quien le prestó sus servicios como abogado para la creación de varias sociedades anónimas que después obtuvieron créditos del fenecido Banco Anglo Costarricense (BAC), en su mayoría aún pendientes de pago.
En sus declaraciones, dadas durante la reanudación de sesiones de la comisión legislativa que indaga lo ocurrido en el BAC, Contreras insistió en que su bufete nunca creó las empresas con el fin de que sirvieran para solicitar empréstitos. "La secretaria de Chanto llamaba y pedía la cantidad de sociedades que necesitaba comprar", recordó.
De acuerdo con el abogado, tanto él como sus socios del bufete aparecen como directores en varias sociedades anónimas, a petición de sus dueños, pues es una "práctica normal entre bufetes colegiados". Sin embargo, advirtió que en ningún caso permiten que se utilicen esas personerías jurídicas para la obtención de créditos. "Cuando nos enteramos de las deudas adquiridas por el señor Chanto, iniciamos de inmediato los trámites de cambio de juntas directivas", explicó.
El director bancario, cuñado de Guillermo Madriz, precandidato presidencial del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), negó enfáticamente que hubiera mediado alguna influencia política en el otorgamiento de los sobregiros de Chanto. También aseguró que desde que se hizo la sustitución de los cargos de directores, Chanto contrató los servicios de otro abogado y perdieron contacto.
Ante la consulta de los legisladores sobre si Chanto se valió de su nombre como director bancario para que le aprobaran los créditos y sobregiros fácilmente, Contreras respondió en forma categórica: "No lo creo porque en todo caso yo no tenía buenas relaciones con el Anglo."
Entre créditos y sobregiros, Chanto debe más de ¢1.000 millones a la Junta Liquidadora del BAC, que fueron adquiridos a nombre de empresas como Corporación Ciudad Atlántica, Cerros de Altamonte, Empresas Guayacán, Corporación Kilara, Isla Garza, Agroindustrial Pamplona y Ecolago S.A., entre otras. La mayoría de los sobregiros fueron autorizados el 8 de junio de 1993 por el exgerente del Anglo, Carlos Hernán Robles Macaya.
La comisión del Banco Anglo, que el próximo 14 de abril deberá rendir un informe sobre lo ocurrido en la entidad bancaria, no tiene programadas más audiencias para los próximos días. La semana entrante, realizarán una sesión de trabajo junto con funcionarios del Banco Central.