Ajustes de cuentas a sangre fría, donde en ocasiones las súplicas de misericordia no conmovieron a los gatilleros, eran parte del modo de operar de una violenta banda desde este lunes es juzgada por la primera de tres causas que conforman el expediente judicial.
El presunto líder de la banda es Charles 'Charly' Brautigan Sambola, un nicaragüense de 38 años detenido en Panamá a la espera de ser extraditado a nuestro país.
Ese hombre, con unos 15 años de residir en Costa Rica, se afincó en el poblado de Moín, donde erigió un imperio de terror, al parecer, alrededor del tráfico de marihuana procedente de Jamaica, reveló en su momento Celso Gamboa cuando era fiscal Adjunto.
El extranjero fue detenido el 4 de junio en el aeropuerto de Panamá, en acatamiento a una orden de captura internacional girada por la Policía Internacional (Interpol) a solicitud del gobierno de Costa Rica.Este llegó procedente de Haití y se dirigía a Nicaragua.
Al grupo se le achacan cuatro homicidios, ocurridos en tres hechos distintos. En dos de los homicidios, los asesinos recibieron como pago ¢15 millones y 50 libras de marihuana, aunque quien contrató el 'trabajo' solo ofrecía a cambio 30 libras de picadura.
En el expediente se menciona que 'Charly' le exigió una vez, al líder de sus gatilleros, que le trajeran un hueso de uno de los pies de una víctima para fabricarse unos dados.
Al grupo, se le atribuye tal fama de violencia que el Ministerio Público se vio precisado, por razones de seguridad, a sacar de Limón al fiscal que coordinó estas investigaciones, al comprobarse que su vida corría peligro. Nunca más regresó.
La parte acusadora la ejerce José Mena Castro, un fiscal adscrito a la Unidad de Crimen Organizado de San José, para no exponer a ningún fiscal local, confirmó la fiscala Adjunta de Limón, Carolina Martínez, quien también participa en el debate
Los dos primeros. El caso que se juzga desde este lunes atañe a los homicidios de Jeffry Andrey Gómez Amador y Aarón Josué Retana Retana, éste último conocido como 'Canon'. Ambos, se convirtieron en las dos primeras víctimas que se le achacan al grupo, según las pesquisas del OIJ local.
Un hombre identificado como Jairo Jiménez Monge, apodado 'Rasta', los citó para que se presentaran en La Loma de Moín, la noche del 28 de enero del 2013, con la supuesta idea de comprarles un teléfono celular que, al parecer, acababan de robar.
Sin embargo, en realidad, lo hacía a petición de 'Charly' quien quería vengarse de ellos porque habrían cometido un robo en casa de una pariente suya, propietaria de una pulpería.
Un testigo advierte que, eventualmente, pudo obedecer a la sustracción de unos kilos de cocaína, según fuentes policiales. Ambos fueron ultimados en un apartado lugar con balazos en la cabeza con un arma calibre 38.
El primero en disparar, de acuerdo con las pesquisas, fue 'Viejito', quien acabó con la vida de 'Canon' y después le siguió 'Rasta' quien ultimó a Gómez, según documentos a los cuales tuvo acceso La Nación.
El dejar los cuerpos ahí abandonados resultaba 'demasiado obvio' por lo que en un inicio pensaron en 'picarlos' y cortarlos en pedazos pero se percataron de que no disponían de suficientes bolsas plásticas.
Ante ello, mandaron a una mujer a comprarlas y los depositaron en la cajuela de un Nissan Pathfinder conducido por un hombre identificado como Miguel Martínez Martínez, quien no era el dueño del vehículo. El verdadero propietario estaba ebrio en un bar y nunca supo que le habían sustraído las llaves.
Los cuerpos de Gómez y 'Canon' fueron transportados hasta 9 millas de Moín, a unos 8 kilómetros del restaurante La Playa, donde los tiraron al suelo, uno al lado del otro. Acto seguido, Martínez los roció con 25 litros de gasolina y 'Rasta' les prendió fuego después de haberles lanzado encima ramas y palos secos.
'Charly' le pagó a 'Viejito', 'Ato' y 'Rasta' ¢5 millones por el doble homicidio, de acuerdo con las investigaciones. El capo, al parecer, repondría ese dinero con parte de un cargamento de marihuana que ya tenía programado recibir de Jamaica.
'Viejito' optó ayer por someterse a un proceseo abreviado, según lo confirmó el fiscal Mena.
El sospechoso reconoció los hechos y pactó una pena de 26 anos y ocho meses que se oficializará los próximos días durante una vista que se programará con ese objetivo, según confirmó el fiscal Mena.
El Ministerio Público eventualmente lo usaría como testigo.