"Jamás he faltado a mis deberes de probidad", sostuvo este lunes la exjueza penal de Limón, Rosa Elena Gamboa Haeberle, quién está acusada de propiciar la impunidad de narcotraficantes.
La afirmación la hizo al declarar, por segunda ocasión, en el juicio que se le realiza en el Tribunal Penal de Hacienda de Goicoechea, por ser sospechosa de infringir la ley sobre estupefacientes y de un delito de tráfico de influencias.
Durante su declaración, la cual duró poco más de dos horas, Gamboa aseguró que diría la verdad y, aunque contestó preguntas de su defensor, el abogado John Brenes, y de los jueces, se negó a responder cuestionamientos del Ministerio Público.
En esta ocasión, la imputada se refirió a cada uno de los cuestionamientos que hizo el fiscal, Franklin Ramírez, el pasado miércoles 10 de marzo, cuando presentó sus conclusiones. Ese día, Ramírez pidió una pena de 34 años de cárcel para Gamboa.
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La exmiembro del Tribunal Superior Penal de Limón admitió que es su voz la que se escucha en las grabaciones aportadaspor el Ministerio Público como pruebas en el juicio, pero alegó que sus palabras fueron sacadas de contexto y se refieren a otras cosas. "Nunca hablo con lenguaje cifrado", insistió.
La exfuncionaria judicial se refirió, por ejemplo, a una compra de $200 que realizó a un colaborador del abogado particular Eduardo Barboza Orias (quien llevaba algunos casos de narcotráfico). Ella argumentó que le resultaba económicamente mejor hacer la transacción con él que con los bancos del Estado.
Asimismo, relató que tenía diferencias con otros funcionarios judiciales, a quienes acusó de "llegar a mentir" cuando dieron testimonio durante este debate.
Este juicio había iniciado el 27 de enero pasado. Ese día, Gamboa hizo su primera declaración en la que expresó que toda la acusación es falsa y negó que recibiera dinero para propiciar la impunidad de narcotraficantes.
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Lajueza había sido detenida en mayo del 2014, luego de una investigación de poco más de cuatro meses. A ella se le juzga por su participación en tres casos que fueron llevados a los Tribunales de Limón. Uno consistió en dejar en libertad a un imputado de narcotráfico, quien luego desapareció; otro tiene que ver con supuestas presiones a jueces de Flagrancia para que ignoraran una causa por conducción temeraria; y el tercero, gestionar ante otro colega para que dejara libre a los implicados en el decomiso de 40 kilos de cocaína.