Un exárbitro ganó, en primera instancia, un juicio de carácter laboral en que se obliga al Instituto Nacional de Seguros (INS), a la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) y a la Liga de Ascenso (Segunda División) a cancelarle, de manera conjunta, ¢35 millones.
El fallo fue emitido el 25 de febrero pasado, por el Juzgado de Seguridad Social de San José, al resolver una demanda de Alejandro Orozco Arredondo.
Según Orozco, al realizar su trabajo como árbitro, en un partido de fútbol, sufrió un esguince que le generó una trombosis pulmonar, que lo dejó incapacitado, pero al momento del accidente no tenía póliza de riesgos ni seguro social y nadie se responsabilizó por su salario ni gastos médicos.
Rodolfo Villalobos, tesorero de la Fedefútbol, dijo que el ente federativo no se referirá hasta que no reciba la notificación del fallo.
En tanto, Miguel Chacón, presidente de la Comisión de Arbitraje, comentó que no conocía la resolución, pero que lo importante es el tema de si existe una relación laboral. “Habría que ver los alcances y qué es lo que procede”, afirmó.
Mientras que el Instituto Nacional de Seguros (INS) informó de que la entidad pagará los montos fijados en sentencia y que el caso se tramitará como no asegurado, puesto que el patrono no contaba con póliza. Asimismo, el Departamento de Comunicaciones del INS manifestó que, posterior al pago, se cobrará, en este caso, a la Fedefútbol todos los costos.
Historia. Alejandro Orozco, quien tiene 40 años, sufrió un esguince grado dos, el 15 de noviembre del 2008, mientras trabajaba como árbitro asistente en un partido de la Liga de Ascenso entre Grecia y Coto Brus, que se realizó en el estadio Allan Riggioni de Grecia.
Ese día, Orozco fue llevado al Hospital San Francisco de Asís, en Grecia, donde lo enyesaron, pero dos días después fue internado en el Hospital Max Peralta de Cartago, en donde permaneció hasta el 23 de diciembre del 2008. Se le diagnosticó una trombosis pulmonar, que le generó una incapacidad por dos años, así como la pérdida del 30% de su capacidad.
Orozco dijo que su calvario se inició cuando no lo dejaron salir del hospital, porque debía una factura de ¢2 millones.
“Mi esposa tuvo que firmar unos documentos. Era un cobro enorme. Llamé al INS y ahí me di cuenta de que no había pólizas; casi me embargan la casa. Hablé con dirigentes, pero como me dieron la espalda, decidí demandar, proceso que ha sido bastante largo. A ellos se les citó a conciliación, pero nunca llegaron”, manifestó el exárbitro.
Eduardo Li Sánchez , presidente de la Fedefútbol, quien declaró en el Juzgado, afirmó que Orozco no estaba asegurado porque no era empleado de la Federación. Empero, admitió que devengaba dietas por los partidos y que los encargados de pagar eran las asociaciones de árbitros. Li agregó que Orozco, al igual que todos los árbitros, están obligados a presentar un reporte sobre lo sucedido en el partido.
El juez Christian López Mora, al analizar el expediente, determinó, con certeza, que Alejandro Orozco dependía de la Liga de Ascenso y de la Federación de Fútbol y que cuando sufrió el accidente, se desempeñaba como árbitro asistente.
Con esos hechos probados, acreditó la existencia de una relación laboral bajo la modalidad de una prestación de servicios personales, aunque las partes demandadas lo negaran. “A criterio de esta autoridad, concurren todos los elementos para considerar el siniestro ocurrido como laboral”, concluyó el juez.
Manuel Francisco Umaña, abogado que representó a Orozco, dijo que impugnará la sentencia pues considera que las indemnizaciones son muy bajas.