“Quiero reconocer que esta página de la historia que hoy se escribe es posible por la grandeza y madurez política del magistrado José Manuel Arroyo, señor jurista, de reconocida trayectoria y solvencia moral, que ha antepuesto el bienestar de la institución a sus aspiraciones personales”.
Con esas palabras, la presidenta de la Corte, Zarela Villanueva, hizo ayer un reconocimiento en su discurso al magistrado de la Sala Tercera, José Manuel Arroyo, por haberle permitido alcanzar los 12 votos necesarios para ser elegida.
Arroyo renunció a su candidatura y pidió a los compañeros darle su adhesión a Villanueva.
Aunque los magistrados aseguraron que el acuerdo entre los bandos no contemplaba que Arroyo ocupara la vicepresidencia, sus compañeros lo propusieron para ese cargo. No obstante, poco antes del mediodía, el juez solicitó que el tema se discutiera en la tarde.
Alrededor de las 2 p. m., se reanudó la sesión y él aceptó ser candidato. Su elección se dio con 15 de los votos.
“No había ningún acuerdo previo, por eso fue que al mediodía tuvimos que sentarnos y ver qué era lo más adecuado. Contamos con el apoyo decisivo de compañeros como don Rolando Vega (Sala II) y lo cierto es que ha salido en los mejores términos”, expresó el juez tras la designación.
Arroyo fue presidente de la Sala Tercera desde el 2005 y hasta el mes pasado, cuando fue elegido Carlos Chinchilla en el cargo.