El desmayo de un cajero evitó que un sujeto, de 37 años, cometiera un millonario asalto en las oficinas centrales del Banco de Costa Rica, en San José.
El ladrón, de apellido Winiker, se hizo pasar por un cliente: ingresó al banco minutos antes de las 11 a. m., tomó una ficha, hizo fila y se dirigió a la caja N.° 19 para intentar sustraer el dinero de manera ilegítima.
Winiker entregó al cajero un documento que indicaba: “Lea bien, no es broma, quiero ¢30 millones y lo que tengas en dólares.
”Si haces algo mal, como llamar al guarda o la Policía o cualquier botón de emergencia, me veré obligado a matarte a ti, al guarda y mis dos socios matarán a tu familia.
”Cuando tenga yo el dinero, y seguro, llamo a mis socios y tu familia a salvo estará. Tienes cinco minutos”.
En ese momento, el hombre amenazó al cajero con un arma –de juguete–, que portaba en su chaqueta.
El funcionario del banco, de 32 años, activó el dispositivo de seguridad sin que el ladrón se diera cuenta, y cuando se dirigía a las bóvedas, se desmayó.
Carlos Astorga, gerente de Seguridad del BCR, explicó que eso alertó al resto de compañeros, por lo que el sujeto huyó del sitio.
“Lo efectivo de la operación permitió coordinar en conjunto con agentes de la Policía Municipal y del Organismo de Investigación Judicial para detener al sujeto”, manifestó el gerente.
El juez David Hernández lo sentenció a tres años de prisión por el delito de robo agravado.
El Tribunal le otorgó el beneficio de ejecución condicional de la pena durante cinco años, lo que le permitió estar en libertad.
“Yo pensé que iba a ir a prisión. El juez vio que yo no era una persona conflictiva. Tenía mi historial limpio. Cuando me dijeron que quedaba en libertad, mi esposa y mi hija se me vinieron a la mente”, expresó Winiker ayer, vía telefónica, a
El hombre es chofer en un instituto de idiomas. Según contó el sentenciado, esa es la primera falta que ha cometido.
“Fue una locura, aprendí mi lección. En ese momento no pensaba en nada ni medí las consecuencias”, dijo.
“Estoy agradecido con el juez que me dio la oportunidad (de salir libre). Para la gente que va a hacer una tontera de esas, le digo que lo piense dos veces”, añadió.
Winiker declaró al Tribunal que padece de depresión suicida, por lo que consume varios medicamentos tres veces al día.