Santa Teresa de Cóbano. “No corran, pero caminen rápido. Vamos, vamos, hacia la plaza. ¿Estamos todos?, ¿falta alguien?, no, ok . Entonces, sigamos a la zona segura, el temblor fue muy duro y puede haber un sunami...”
Con voz alta y sin olvidar detalles, el educador Emilio Durán Moya dirigió el miércoles pasado a un grupo de 11 niños de primer grado de la escuela de Santa Teresa de Cóbano, Puntarenas, en un simulacro de evacuación, ante el riesgo de una ola destructiva.
El ensayo, el cuarto que realizaron este año, es parte de un proyecto de educación que inició esta comunidad en el año 2011, para evitar las pérdidas humanas, en caso de ocurrir un sunami.
Los vecinos de Santa Teresa elaboraron el plan de evacuación ayudados con rifas, venta de comida y el apoyo del Consejo de Distrito de Cóbano. La idea es que la gente sepa qué hacer y siga las rutas debidamente señaladas para dirigirse a la montaña.
Las personas caminan entre 200 y 400 metros para llegar a un lugar con una altura de 40 metros sobre el nivel del mar, que es un sitio considerado como seguro.
Con esta iniciativa, Santa Teresa de Cóbano se convirtió en la primera población costera del Pacífico costarricense en tener listo un plan contra sunamis, aunque todavía los vecinos buscan fondos para concluir con la rotulación y comprar una sirena.
En el 2005, el cantón de Garabito, Puntarenas, intentó algo similar, pero el proyecto se frenó por la oposición de empresarios. Empero, sitios como el hotel Marriott Los Sueños, en Herradura, sí instaló rótulos de prevención para orientar a los visitantes en caso de sunami.
Historia. Gladys Morúa Calvo, con el apoyo de otras tres mujeres que habitan Santa Teresa, fueron las promotoras del plan en el 2011.
“Es que escuchábamos la posibilidad de un terremoto en Nicoya, y ya, en el año 2005, cuando se dio una alerta de sunami por un terremoto en Perú, el camino de salida a San Isidro se congestionó. Otros cogieron para la montaña pero no sabíamos hasta dónde llegar”, explicó Morúa.
Iniciaron con el apoyo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y el programa Bosai de la Agencia de Cooperación Japonesa. Luego del terremoto del 5 de setiembre del 2012 en Sámara, recibieron el respaldo de la Red Sismológica Nacional (RSN) y del programa Preventec, ambos de la UCR.
El plan se inició con la capacitación de los niños de la escuela Santa Teresa, con una población escolar de 215 niños, para que ellos se encargaran de transmitir lo que aprendieron a los adultos.
El programa es sencillo, según explicó Gladys Morúa. “Tenemos la alerta natural, que es un fuerte temblor. Lo medimos cuando casi no podamos caminar. El otro es que sea externo, y entonces, nos avisarían por radio. El problema es cómo le avisamos a la gente. Bueno usamos un megáfono y el carro de la Policía”, dijo.
Advirtió que todavía les falta que reforzar la rotulación. “Eso lo hacemos con madera que reciclamos y que pintan los muchachos del colegio”, dijo Morúa