Caldera. Esparza
Una de las mareas más altas en los últimos dos años afectó a unos 70 vecinos de Caldera, en el Pacífico central costarricense.
Los más perjudicados viven en los alrededores de la escuela local y empezaron a sufrir la crecida del mar a eso de las 5 a. m. que los obligó a sacar de sus casas electrodomésticos, sillas, roperos, cocinas y refrigeradoras. El último incidente de este tipo ocurrió el 3 de julio del 2012.
La Familia Chavarría es la que más ha sufrido por este fenómeno. El año pasado perdieron unas cabinas de alquiler, que recuperaron en los últimos meses y que ahora volvieron a sufrir por la inundación.
"Es muy difícil tener que pasar otra vez por lo mismo ya nosotros nos habíamos mejorado, hoy fue una desesperación tener que correr en medio del agua, tener que sacar todo de nuevo y sobre todo perder muchas cosas como la ropa y sobre todo nuestro hogar, la ciclovía fue el lugar donde tuvimos que dormir ya que allí pusimos todos nuestras pertenencias y aunque nos habilitaron un albergue no queríamos que llegara alguna persona y nos robara lo poquito que nos quedó", dijo Patricia Chavarría.
Muchos vecinos aseguran que esta vez la marea no tuvo compasión y que fue más fuerte que la de hace dos años, 15 casas fueron las afectadas con daños de inundación total en las cuales unas 70 personas fueron desalojadas por la furia del mar; sin embargo la cancha de futbol y unas fincas aledañas también quedaron repletas de agua salada y espuma que la misma corriente hace.
"Fue muy rápido todo yo vivo cerca y cuando vi que las casas de los vecinos se estaban inundando de una vez me fui a ayudarles a sacar todo, esta vez la marea fue más rápida por lo fuerte y alto de las olas, a como pudimos sacamos las cosas como refrigeradoras, roperos entre otras cosas, hace dos años fue igual pero este año el agua abarco a lugares donde no había llegado". relató Mario Araya, otro vecino.
Otra familia que vuelve a pasar este calvario es la familia Morales Rosales, quienes nuevamente tuvieron que sacar todo y hasta perdieron parte de lo que habían repuesto. Con niños en brazos tuvieron que salir corriendo de sus propias casas ya que el agua les golpeaba los pies con arena y piedras.
"Se me salían las lágrimas al tener que salir corriendo de mi casa con mis hijos, el agua nos sorprendió ya que estábamos durmiendo yo me desperté a las 5 de la mañana y vi el patio de la casa con agua y de pronto se vino una ola que se metió dentro de la casa, nosotros ocupamos ayuda ya que desde hace dos años no nos ayudan en nada", agregó Beatriz Morales, afectada.
Tras el fuerte oleaje, muchos vehículos que transitaban por la ruta 27 tuvieran que detenerse para que la olas pasaran sobre la carretera.
"Es un caos esto, nosotros pensamos que ya esa tragedia había pasado y nuevamente vuelve a darnos tristeza, si la municipalidad y el gobierno hubiesen puesto un muro de contención esto no se sale de nuevo pero no tuvimos ayuda de nadie", reclamó Virginia Rosales.
Sin embargo, el alcalde de Esparza, Asdrúbal Calvo, sostiene que a los vecinos ya se les había advertido de los riesgos de vivir en la zona. "Esto era de esperarse, ya se les había avisado a los vecinos que tenían que abandonar este lugar, se les dio ayuda por parte del IMAS peo muchos siguieron viviendo y hoy nuevamente el mar les pelea su territorio. Se les habilitó un albergue el Villa Bonita de Caldera para que duerman la noche de hoy y posiblemente todo el fin de semana hasta que se les solucione su futuro", detalló.