El jefe de Prevención de la Comisión Nacional de Emergencias, Lidier Esquivel, descartó que el agua estancada en las represas hidroeléctricas de Upala hubiese provocado avalanchas en el río Zapote después de que pasó el huracán Otto.
Explicó que los embalses no tienen daños de ninguna naturaleza y, si de manera natural se hubiera sobrepasado el nivel de las represas, ese líquido solo hubiese significado un 1% del caudal que recogió el río.
“Los números no nos dan. El volumen o capacidad de retención es pequeño en comparación con la lluvia que cayó”, dijo.
Para él, el argumento de vecinos en el sentido de que en 100 años nunca había ocurrido un evento de esa naturaleza, no es aceptable para dejar de admitir que algo similar pueda repetirse.
Por lo anterior, han remitido información al Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos sobre franjas a lo largo del río que no se deberían utilizar.
Pese a lo anterior, muchos pobladores de zonas cercanas al cauce que estaban en los albergues regresaron a sus casas.
Esquivel también realizó el jueves pasado un recorrido por Guayabo y Fortuna de Bagaces, afectados por avalanchas, a efecto de preparar un informe sobre puntos de riesgo en el futuro.