Limón. Sonia y Zoyla González son hermanas; tienen 25 y 26 años, respectivamente.
También son madres. Zoyla tiene cinco meses de embarazo una niña de tres y un niño de seis años.
Sonia tiene una hija recién nacida, con apenas 20 días; su otro hijo tiene dos años.
A como pudieron, con todos sus pequeños, las mujeres tuvieron que salir corriendo avanzada la noche del jueves de su casa, en La Colina de Limón, porque se inundaba. En aquel momento, el esposo de Sonia no estaba en la casa, .
Fue Zoyla quien le avisó a su hermana que el agua ya se había metido a la casa.
"Yo la desperté porque el agua empezó a entrar, pero en pocos minutos nos llegó hasta la cintura y subimos los chiquillos en una mesa mientras alguien nos ayudaba", comentó la mayor de las hermanas.
Así terminaron en el albergue improvisado en el salón comunal de La Colina, junto a varias decenas de pobladores a quienes la llena sorprendió, cuando comenzaban a creer que el huracán Otto no los había mirado.
Al día siguiente, cuando las aguas bajaron, la gente emprendió el regreso.
Sin embargo, las hermanas nicaragüenses, con seis años de vivir en Limón, fueron las únicas de aquel grupo que no tenían casa para regresar.
El inmueble que alquilaban quedó muy deteriorado; también las camas, los colchones, la cocina y otras pertenencias quedaron inservibles.
“Pensé que no íbamos a salir, sabemos que siempre se inunda el barrio, pero esta vez fue mucho", agregó Zoyla.
Ante la situación de estas familias, el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) les tomó los datos para brindarles apoyo económico por tres meses.
Durante ese tiempo, les darían dinero para un alquiler, mientras se reponen de las pérdidas y pueden volver a pagarse un techo.
Aquella noche también los vecinos de barrio Quinto, Limoncito, Envaco y Atlántida sufrieron por el paso del huracán, pero su congoja solo duró unas horas.