La semana pasada hubo una tregua en las erupciones fuertes del volcán Poás, pero los sismógrafos siguen registrando señales sísmicas moderadas, así como desgasificación.
Mauricio Mora, de la Red Sismológica Nacional (RSN), dijo que la actividad asociada al movimiento de magma, así como la hidrotermal, no cesa, e incluso algunos sismos son sentidos por pobladores.
Bajo las condiciones actuales, Mora dijo que se pueden esperar más erupciones pronto.
La cámara web de la RSN muestra desgasificación persistente y vigorosa de vapor de agua, gases magmáticos y aerosoles en el extremo sur del lago ácido, donde estaba un cono de piroclastos, destruido por erupciones recientes.
El viernes pasado, la nube de gases fue detectada incluso por un satélite de la NASA, informó el Ovsicori.
El vulcanólogo Javier Pacheco, del Ovsicori, dijo que el Poás ha emitido cantidades de ácido sulfúrico nunca vistas.
Eso podría modificar el nivel de agua en el lago, cuya variación no está clara debido a los cambios sufridos al desaparecer el domo y al aumento de sedimentos en el fondo. Si ese lago se secara, podría aumentar la salida de ceniza.
Más lejos
Pacheco añadió que los próximos días repondrán la cámara y demás equipo destrozado por las erupciones.
Los instrumentos como paneles solares, baterías, radios y la cámara destruida, estaban en una torre a 400 metros del cráter, pero los nuevos estarán a 1,5 kilómetros, con el fin de que las piedras no vuelvan a dañarlos.
A esa distancia no se podrá ver el cráter, pero se divisarán las columnas altas, lo que permite alertar a la navegación aérea en caso de peligro.