El volcán Poás comenzó a las 9:20 a. m. de este jueves una nueva erupción con ceniza, arcilla y azufre, la cual seguía en proceso al mediodía, con una columna que se elevó verticalmente desde el cráter hasta unos 700 metros.
El vulcanólogo de la Red Sismológica Nacional (RSN) Mauricio Mora, explicó que, debido a que el viento era débil en la mañana, los materiales lograron elevarse con más facilidad por encima del nivel del cráter.
Explicó que se trata de erupciones pasivas, sin proyección de rocas, pero con mayor cantidad de cenizas y con la particularidad de que antes de la emisión grisácea de ceniza, hubo otra de color rojizo, similar a un ladrillo.
El tono rojizo surge en virtud de que hay capas de arcilla que fueron fracturadas por el proceso de interacción con el magma superficial, y por ahí sale posteriormente la ceniza hacia la boca principal, dijo Mora.
El científico afirmó que ayer miércoles hubo emanación de cenizas en el Poás desde el mediodía hasta las 6 p. m. y calificó la actividad como normal.
Lluvia ácida
Destacó que por la humedad en el ambiente y condiciones propias de la estación lluviosa, la interacción de gases, ceniza y otros materiales con el agua, generan lo que se denomina lluvia ácida, la cual incide en cultivos, pastos, ganado y hasta en las estructuras metálicas. Estas últimas son corroídas por la acidez del material que se precipita.
En paralelo, como es característico del Poás, hay una fumarola con fuerte emanación de azufre, de color amarillo, que también incide en la lluvia ácida.
Mora llamó a mantener las medidas de seguridad que dicta la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), entidad que mantiene prohibición de ingreso a personas en un radio de 3,5 kilómetros alrededor del cráter.
La sismicidad en el Poás no ha variado, pero la vigilancia se mantiene de forma estricta en la zona.
De momento, no ha habido reportes de vecinos por caída de ceniza ni afectación por gases, los cuales se disipan, en su mayoría, dentro del mismo parque nacional.