Alajuela. Es hora de desayunar, y Catalina Sequeira, de 60 años, reúne a sus tres nietas, quienes corren de un lado a otro en el salón de actividades del distrito de Río Segundo, en Alajuela.
En los últimos dos días, el cuarto de aproximadamente 10 x 8 metros, se ha abarrotado con colchonetas y bolsas de víveres para cumplir la función de albergue de las familias que perdieron todo en un incendio en la urbanización Caro Quintero, en La California.
La rutina del desayuno ha cambiado para la familia de las tres niñas, quienes hacen fila detrás de la abuela para recoger su ración de cereal y leche.
Las madres toman la ropa que se apiña en un rincón en bolsas de basura. Mientras, los hombres, con las manos, rescatan lo que el fuego no pudo consumir para poder venderlo en una chatarrera que queda a escasos kilómetros.
“Lata es lata, y el kilo de chatarra está a ¢90”, explicaba Gilberto Barboza, fatigado por las seis horas de trabajar con la pala y el hacha para amontonar lo que quedó de 20 años de vivencias, en la parte trasera de una camioneta.
Esa es la situación de las 236 personas que perdieron sus casas en la noche del jueves anterior, cuando un fallo en el tendido eléctrico provocó un incendio que arrasó con 70 casas.
Los afectados han debido amontonarse en un espacio largo y angosto que está en constante ajetreo en el día. En la noche, algunos se quedan en casas de familiares, pero la mayoría extiende las colchonetas y las sábanas para conciliar el sueño en el caluroso espacio.
Ayuda comunitaria. Después de la tragedia, la ayuda no se hizo esperar por parte de varios vecinos, quienes se hicieron presentes para contribuir de cualquier manera.
Tal es el caso de Diego López, que de lunes a viernes se desempeña como funcionario en un banco; no obstante, ayer tomó las riendas de la cocina para y organizar la repartición de víveres.
“Después de lo que pasó, es lo mínimo que uno puede hacer. Yo tengo varios familiares aquí, y conocidos que lo perdieron todo. Como dicen: ‘Hoy por ti, mañana por mí’”, explicaba López mientras mezclaba el arroz para el almuerzo de la tarde.
Marielos Vargas, miembro activo de la comunidad, destacó que el aporte de la comunidad ha sido positivo pues varios han prestado los baños debido a que el salón solo cuenta con dos y no tiene una ducha instalada.
Mañana, miembros de la Municipalidad de Alajuela se reunirán con los damnificados para evaluar cuál sería el procedimiento de reubicación, según informó la asociación de vecinos.