Heredia. Un maestro de religión pensionado fue asesinado de múltiples puñaladas en el abdomen en la cama de su casa.
El homicidio lo descubrió ayer viernes al mediodía un amigo del educador, cuando ingresó por la parte de atrás de la vivienda, ubicada en Pirro, en la entrada principal a la ciudad de Heredia.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) identificó a la víctima como Antonio Gerardo Álvarez Sánchez, de 60 años.
El hombre era oriundo de La Puebla de Heredia. En esa comunidad era buscado por las familias para que rezara, sobre todo los novenarios.
Hecho. Giovanni Chaves, quien descubrió el homicidio, dijo que todos los días llegaba a la 5 a. m. a la vivienda de Álvarez para tomar café, pues él era el encargado de hacerle los mandados.
Agregó que aunque ayer tocó la puerta, Álvarez no le abrió. Entonces, Chaves se marchó, pero regresó después de las 11.30 a. m. De nuevo tocó la puerta, y como nadie le abrió, fue a buscar a una familiar, para que juntos abrieran la puerta, pero como no la encontró, le pidió permiso a los vecinos para entrar por la parte trasera de la vivienda.
“Cuando me pasé vi que tenía la puerta de atrás abierta. Entré y fue cuando lo vi, acostado en la cama pero con los pies en el suelo. Tenía una cobija en la cara. Pensé que estaba dormido, se la quite y le toqué las mejillas. Las tenía heladas. Lo golpeé con la mano pero no chistó. Fue cuando vi que tenía sangre en el pecho”, relató Chaves.
Vivía solo. Chaves, y otros vecinos que prefirieron no dar el nombre, comentaron que Antonio Álvarez era una persona muy amigable, y esa cualidad le permitía entablar relaciones con mucha facilidad.
El educador, quien se había jubilado desde hace varios años, compró la casa en Pirro hace tres años. Ahí vivía solo.
Sin embargo, los vecinos coincidieron en que era frecuente que personas desconocidas visitaran a Álvarez en su casa.
Giovanni Chaves relató que él estuvo la tarde del jueves con el maestro, pero como a las 6 p.m. llegó un muchacho, a quien nunca había visto.
“Yo me fui antes de las 8 p.m. porque quería ir a ver el partido de Herediano (ante Uruguay) y ellos se quedaron ahí. Tenían una pachita y como yo no tomo, me fui”, dijo Chaves.
El testigo manifestó que en la vivienda no había desorden.
“Todo estaban bien ordenadito, como siempre”, expresó Giovanni Chaves