Los voluntarios para proteger a las tortugas y los visitantes que observan el desove de estos animales en Moín se han reducido a cero, a un mes del asesinato del ambientalista costarricense Jairo Mora.
Los voluntarios para proteger a las tortugas y los visitantes que observan el desove de estos animales en Moín se han reducido a cero, a un mes del asesinato del ambientalista costarricense Jairo Mora.
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