La Policía Judicial concluyó que los implicados en el asesinato de Jairo Mora también retuvieron a una familia. El análisis se hace por la manera de actuar, por las descripciones y por los sitios donde estuvieron.
Ese hecho delictivo se inició el 17 de mayo, a las 11:30 p . m., cuando cuatro sujetos sorprendieron a una mujer, su esposo y dos menores sobrinos de la pareja.
El hecho se produjo cuando la familia estaba pescando detrás de la escuela, en la bocana del río Moín, en Limón. Los sujetos, que cubrían los rostros con pasamontañas, vestían ropa estilo militar y portaban una arma hechiza.
Los individuos les quitaron cuatro teléfonos celulares, joyas y un automóvil Toyota, estilo Corolla.
En los documentos judiciales acumulados en el expediente sobre el homicidio de Jairo Mora, se detalla que, inicialmente, los sujetos se llevaron a las víctimas por diferentes lugares. Una de ellos, fue una casa abandonada de madera que está construida sobre basas.
Los afectaron narraron a la Policía Judicial que, desde el sitio donde los retuvieron, hasta la casa, duraron en llegar, aproximadamente, una hora.
Asimismo, las víctimas dijeron que mientras los tenían amarrados en la casa, dos sujetos se llevaron el carro, que se quedó sin gasolina. Empero, los individuos “rápidamente consiguieron una pichinga con gasolina” y se llevaron el carro. Ese vehículo fue recuperado por el OIJ el 18 de mayo.
Las víctimas escaparon a las 3 a. m. Caminaron por la playa cerca de dos horas y pidieron ayuda en una casa, a las 5 a. m.
Las autoridades judiciales determinaron que en la misma casa abandonada fue en la que también retuvieron a las cuatro extranjeras que acompañaban a Mora el día que lo asesinaron.