José Brayan, 20 años. Párpados cansados. Manos esposadas.
“ Mi nombre es José Brayan Quesada Cubillo. Nunca había escuchado sobre Jairo Mora. La noche en que lo mataron, yo estaba en mi casa, con mi pareja, en Limón. Las otras personas con las que vivía llegaban tarde y yo no sabía por qué. Pensé que me podían vincular con eso . Decidí irme ”.
Felipe Arauz Martínez. Extranjero. Toda una vida en Costa Rica. Silla de ruedas.
“Yo ando por esa playa desde que tengo como nueve años. Ese día que mataron a Jairo, yo pasé por ahí. Andaba pescando como un día cualquiera. Cuando decidí venirme, pasé por ahí. Más bien vi el carro como hundido, un gajillo, entonces decidí ir para jalarlo. Cuando me acerqué, mi hermano alumbró y me dijo: ‘Vámonos, ahí hay alguien’. Aceleré el carro y nos fuimos”.
Cárcel La Leticia, en Pococí de Limón. 341 días después del crimen del protector de tortugas, Jairo Mora Sandoval, en Moín. Siete acusados. Dos hablan con La Nación :
José Brayan:
“ Siempre he vivido en Cariari y he trabajado en bananeras. Me fui para Limón y trabajé en una finca. Ellos (otros detenidos por el crimen) llegaron a pintar casas y ahí los conocí. Me devolví a Cariari. Después decidí trabajar en la Policía Penitenciaria; había una plaza en Limón. Fui a meter papeles y ellos me ofrecieron un lugar donde vivir.
”El tiempo que yo estuve ahí, sabía que ellos salían de noche, incluso mi pareja quería irse porque no los conocíamos bien. Muchas veces, ellos llegaban tarde, pero nunca supe si hubo algo más o si pasó algo. Si veía algo extraño, nunca me interesé ni pregunté nada .
”Hay un mensaje en el que yo le digo a una esposa de ellos que me quiero ir, pasado lo del homicidio. El mensaje dice que no quería que me metieran en problemas porque estaba en un lugar que no sabía lo que estaba pasando. Había sido muy cerca (el homicidio). Sí, pude pensar que me podían meter en eso.
” He recibido amenazas, papeles en los que me dicen que me van a matar. Mi pregunta es: Si ellos no tienen nada que ver en el homicidio, ¿por qué me quieren matar?”
Felipe:
“Lo que paré fueron segundos, fue algo rápido. No es que me bajé ni nada. No andaba reloj. No le voy a mentir; no le voy a decir una hora porque no sé qué hora era”.
Madrugada del 31 de mayo del 2013. Jairo Mora Sandoval, de 26 años, aparece asfixiado y golpeado en la playa.
Felipe:
“Yo iba muy asustado. Cuando íbamos bajando; pasó una patrulla y se nos quedaron viendo. Nosotros seguimos. Pensamos que ya ellos sabían.
”La primera vez que me llevaron al OIJ, yo estaba en mi casa haciendo una zanja. Me tomaron la declaración, me preguntaron que si yo conocía a Sombra, les dije que sí. Son de la zona. Me preguntaron que si lo vi en la playa; yo no lo vi en la playa. Me dijeron: ‘Nosotros sabemos que usted no tiene nada que ver en eso, pero si usted sabe algo, mejor dígalo.
”Después vino el allanamiento y ahí empezamos a sufrir, mi esposa, mis hijas, mis papás.
”En la vida real, yo no lo conocía a él (a Jairo Mora) ni a esa otra muchacha, la novia o esposa. Tengo entendido, por el abogado, que un señor dice que él me vio pasar por ahí;, no sé si será cierto.
”Quiero que me hagan reconocimiento para que me vean bien y todo porque yo sé que yo no fui. Quiero que se haga ese juicio rápido porque quiero mi libertad”.
Felipe tiene un mal óseo. Le operaron la pierna. Usa silla de ruedas. El defensor alega que no puede estar en prisión preventiva, en esa condición.
Jadiel Quesada, abogado de los dos sospechosos:
“Él está en una situación delicada; no lo digo yo, lo dice un dictamen médico.
”Se ha querido meter en esto a más personas de las que participaron en los hechos delictivos, aun si las pruebas no dan para condenar a siete personas. Puede ser que se tenga prueba contra algunos. El Ministerio Público perdió la objetividad, tal vez por la relevancia del caso a nivel nacional e internacional”.
La Fiscalía presentó la acusación el 5 de mayo.