El Gobierno exigió ayer al presidente del Partido Unidad Social Cristiana, Abel Pacheco, entregar al OIJ las pruebas que demuestren que en la zona norte opera un grupo insurgente responsable del secuestro de las dos mujeres europeas, como lo afirmó el dirigente político en declaraciones publicadas por Al Día el domingo anterior.
Al cuestionar las declaraciones de Pacheco --ratificadas ayer en entrevista con La Nación--, el ministro de Información, Alejandro Soto, expresó ayer que "la más elemental actitud patriótica de alguien que está en la política es revelar a la policía datos importantes que las autoridades desconozcan".
Simultáneamente, el ministro de Seguridad Pública, Juan Diego Castro, pidió ayer al fiscal general, Carlos Arias, recibirle declaración testimonial a Pacheco por la importancia que pueda tener la información en su poder.
El dirigente socialcristiano dijo Al Día que "el país sabe que hay un movimiento insurgente en el norte..." y "estos muchachos que están enmontañados no son simples secuestradores, no han procedido como tales en ningún momento".
La polémica anterior surge al tiempo que las autoridades de Adaptación Social, confirmaron a La Nación que el domingo en la mañana se produjo un incidente en el centro penal La Reforma cuando Manuela Siegfried, hija de una de las secuestradas, visitó a un preso recluido en el mismo ámbito en que se hallan los hermanos Gilberto y Guillermo Fallas Elizondo. (Véase nota aparte).
El secuestro de Susana Siegfried y Nicola Fleuchaus, ejecutado en el hotel Laguna del Lagarto Lodge, en Boca Tapada de Pital, en San Carlos, el 1º de enero, cumple hoy 58 días sin que se hayan iniciado las negociaciones entre las partes.
Ayer, en San Carlos, la policía descartó que la granada hallada el sábado camino a ese hotel por el campesino Domingo López Miranda, procediera de los secuestradores. Se trata de una granada de aparente fabricación soviética, de unos 20 metros de alcance a la redonda, vieja y con el seguro herrumbrado.
La polémica
En una entrevista con La Nación, Abel Pacheco ratificó ayer la versión publicada en Al Día e insistió en que el Gobierno debe hablar claro y no ocultar la verdad.
Al preguntársele sobre las pruebas que sostienen su versión, respondió: "No veo cómo unos simples delincuentes van a aguantar dos meses en una montaña; sin buenas provisiones, sin buen entrenamiento, sin buena disciplina y sin comida, no se puede subsistir en la montaña."
Mencionó que los mismos comunicados son la evidencia de que se trata de un grupo insurgente. Recordó que en todos los plagiadores han dicho que son un grupo político armado.
El hecho de que el grupo se autodenomine "Viviana Gallardo" demuestra que se trata de gente con conocimientos. "Un delincuente común y analfabeta no sabría quién fue esta muchacha", expresó Pacheco.
Al cuestionar las declaraciones del dirigente político socialcristiano, el ministro Soto le sugirió no mezclar la política "en un drama que viven los familiares de las rehenes y todos los costarricenses".