Diego Arguedas Ortiz
Lejos de ser un caso único, la desaparición de David Gimelfarb se enmarca en una lista de extranjeros que se han extraviado en nuestro país en los últimos años y cuyos casos todavía no tienen una respuesta.
Michael Dixon, periodista inglés radicado en Bélgica, fue visto por última vez en un hotel de playa Tamarindo el 18 de octubre de 2009. El europeo tenía 33 años.
Por más que sus familiares se trasladaron a Costa Rica a continuar la búsqueda, no lograron hallar pistas de su paradero. Incluso crearon un sitio web ( www.helpfindmichaeldixon. com) para facilitar el tráfico de información, pero hasta ahora no ha dado resultado.
La familia estableció una recompensa de $10.000 para quien ayude a encontrarlo.
En la misma zona se extravió la checa Bárbara Struncova, quien desapareció el 5 de diciembre del 2010 de su residencia en Tamarindo, tras haber celebrado una fiesta la noche anterior con amigos de su país.
Gerard y Claude Dubois, un matrimonio francés que llegó a Costa Rica a vacacionar en 2011, desapareció el 31 de marzo del mismo 2010.
Esos europeos fueron vistos por última vez en Quepos, Puntarenas. La Embajada de Francia ofrece una recompensa de $7.000 por información que permita encontrarlos.
Kim Paris, ciudadana de Francia y Canadá, salió una mañana del 2010 a hacer compras y le avisó con un recado a su esposo, un costarricense. El hombre alertó a las autoridades tras pasar varios días sin que regresara, pero no han logrado dar con su paradero.
En julio de este año, cuatro nepalíes ingresaron al país invitados por la Universidad de Costa Rica, pero desaparecieron de su hotel días después.
La casa de estudios admitió haber sido engañada, y aún no se encuentra a los asiáticos.