Cinco hombres y una mujer figuran como sospechosos de engañar y asesinar a nueve vendedores de cocaína para apropiarse de la droga que estos comercializaban.
El grupo citaba a las víctimas, quienes eran de la zona sur, zona norte o Guanacaste, y al reunirse con ellos los privaban de libertad, en algunos casos los torturaban y finalmente los asesinaban para huir con los estupefacientes.
A la banda se le vincula en total con nueve homicidios que ocurrieron entre agosto del 2015 y diciembre del 2016 en Desamparados de Alajuela, Rancho Redondo de Goicoechea y Coronado.
Los fallecidos presentaban heridas de arma de fuego o arma blanca y en algunos casos estaban maniatados. Además, tres ellos se ubicaron en una fosa clandestina.
Los miembros de la organización fueron detenidos este miércoles en seis allanamientos realizados por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en Paso Canoas, Río Claro de Golfito, Playón Sur de Parrita, Puntarenas; Lomas del Río, en Pavas, y Purral de Goicoechea. En este último punto hubo dos despliegues policiales.
Los aprehendidos son cinco sujetos de apellidos Angulo, de 41 años; Fernández (31), Rodríguez (29), Castro (36) y Piedra (30), así como una mujer apellidada Ugalde, de 25 años.
Angulo y Fernández son los líderes de la agrupación, ellos residían en Purral, al igual que Ugalde quien es la pareja sentimental del primero.
En tanto, Rodríguez y Castro son de la zona sur y Piedra de Pavas. Ninguno de los tres registra antecedentes.
Michael Soto, director a.i. del OIJ, dijo que Angulo es un exoficial de la Fuerza Pública que actualmente trabaja en una empresa de seguridad privada. Él tiene antecedentes por portación ilegal de arma de fuego.
Fernández, por su parte, tiene causas por robo y hurto, mientras que la mujer registra antecedentes por estafa y hurtos en tiendas.
El jerarca policial explicó que por las cantidades de droga que robaban, entre 20 y 60 kilos, se presume que luego vendían los estupefacientes en Costa Rica, con precios que rondan los ¢3 millones por kilo.
Con Soto coincide el fiscal adjunto, Miguel Abarca, quien reiteró que la cocaína en apariencia se comercializaba localmente.
"Ellos vendían la droga en otra línea, sin preocuparse por quién era el dueño", añadió Soto.
Engaño
La Policía Judicial detalló que la banda convocaba a los vendedores en San José con el timo de hacer una buena compra y en algunos casos los privaban de libertad para torturarlos y determinar si tenían más droga en su poder. Luego los mataban y a algunos los dejaban en terrenos solitarios.
"Esta es una organización criminal que se dedicaba al tumbe de drogas con cantidades medianas y luego mataban a las personas. Algunos miembros del grupo contactaban a personas que tenían vínculos con el narcotráfico y negociaban con ellos para que trajeran la droga a San José", explicó Soto.
En el despliegue, las autoridades decomisaron dos revólver calibre 38, una pistola .40, un revólver 357, varias municiones y 10 teléfonos celulares.
Las armas podrían coincidir con las heridas que presentaban algunos de los fallecidos.
Los crímenes
El primer crimen por el que se investiga a la banda ocurrió el 20 de agosto del 2015 en la urbanización La Giralda, en Desamparados de Alajuela.
Ahí fallecieron tres hombres dentro de una vivienda. Uno de ellos estaba maniatado, otro en el piso de la sala y el último recostado a un sillón. Una de las víctimas estuvo en la cárcel por problemas con drogas.
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Las víctimas se identificaron como: Deilyn Salamanca Gutiérrez, de 40 años y con historial por transporte de droga vía aérea; Leonel Hidalgo Corrales, de 25 y sin antecedentes, y Mauricio Hidalgo Corrales, de 42 años y con causas por robo agravado.
En este homicidio participaron Angulo, Fernández, Rodríguez y Ugalde.
En el segundo asesinato, el cual ocurrió el 31 de octubre de ese mismo año, también murieron tres personas, una de ellas menor de edad.
Los hechos sucedieron en Rancho Redondo de Goicoechea y los cuerpos aparecieron en una fosa clandestina casi dos días después.
En este caso participaron Angulo y Fernández y las víctimas se identificaron como Roy Acuña Loría, de 40 años y Kenneth Cruz Matarrita, de 42. Ellos residían en San Carlos y La Cruz de Guanacaste, respectivamente.
El menor también habitaba en suelo guanacasteco.
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Los otros asesinatos ocurrieron el 16 de abril y el 22 de diciembre del 2016 en Coronado y en estos casos están involucrados Angulo, Fernández, Rodríguez, Castro y Piedra.
En abril, en San Francisco de Coronado, las autoridades ubicaron los cuerpos de dos vecinos de Paso Canoas, quienes aparecieron con varios impactos de bala.
Una de las víctimas fue identificada como Carlos Manuel Beita Elizondo, de 50 años, quien no tenía antecedentes policiales. El cadáver presentaba dos impactos de bala en la parte de atrás de la cabeza.
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El otro fallecido era Wilfredo Flores Ochoa, de 34 años, con antecedentes por infracción a la ley de psicotrópicos.
El último deceso a manos del grupo se registró el 22 de diciembre en El Rodeo de Coronado.
En esa zona se encontró el cadáver de Cristian González, 24 años, quien vivía en Corredores de Puntarenas.
Según las autoridades, el rol de la mujer de apellido Ugalde en el grupo era logística y de acompañamiento .
Se prevé que este jueves se realice una audiencia para solicitar medidas cautelares en contra de los sospechosos. La Fiscalía adelantó que pedirá prisión preventiva para todos.
Información actualizada a las 4:13 p. m. con detalles brindados por el OIJ y la Fiscalía.