La balacera que ocurrió la tarde del domingo en Cieneguita, Limón, cobró su quinta víctima mortal la madrugada de ayer.
El escolar Hamir Esna Rodríguez, de 11 años, perdió la vida producto de un balazo en el cuello, el cual recibió mientras estaba jugando en un trampolín, ubicado en la playa donde se dio el mortal tiroteo.
El proyectil le perforó una vena que lleva sangre al cerebro y le dañó dos vértebras.
Desde la noche del domingo anterior, el pequeño estaba luchando por su vida en en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Nacional de Niños.
Patricia Rodríguez, tía del niño fallecido, contó que él vivía junto con su mamá y tres hermanos mayores en una casa que se encuentra a 100 metros de la playa donde se dio el percance.
Ese día, el menor andaba con unos vecinos y su hermano en la playa, dando una vuelta por el rompeolas.
En un momento determinado se fue hacia el trampolín, se desató la balacera y allí lo alcanzó una de las balas.
Posteriormente, fue trasladado al Hospital Tony Facio de Limón y luego, en un vuelo ambulancia, al Hospital Nacional de Niños, en San José.
Hamir cursaba el quinto grado en la escuela Balvanero Vargas, en Cieneguita.
Kenia Russell, quien era su maestra, lo recuerda como un niño muy sociable, esforzado, independiente, cooperador y que evidenciaba ser muy alegre, pues se la pasaba cantando en voz baja todo el tiempo.