Dos sospechosos de participar en el asesinato de un policía que atendió el robo de un contenedor con una carga de tilapia en San Isidro de Heredia, el sábado anterior, deberán pasar cuatro meses en prisión preventiva.
El Juzgado Penal de Heredia resolvió dictar esa medida cautelar para el guarda de la quinta donde fue llevado el cargamento robado, así como para el chofer que condujo esa carga robada hasta la propiedad.
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Los imputados son de apellidos Cortés Benavides (guarda) y Arroyo Jiménez (chofer). A ellos se les investiga por el homicidio de Óscar Ramírez Vindas, de 42 años, hecho que se produjo la madrugada del 12 de agosto. En el tiroteo también resultó herido el oficial Leonel Jiménez Araya, de 36 años, quien recibió un balazo en la mandíbula.
Según informó Pablo Calvo, jefe del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Heredia, también están tras la pista del pistolero que acabó con la vida del policía. Asimismo, podría haber más involucrados, pues dos carros salieron a toda velocidad después de la balacera.
Calvo explicó que cuando llegaron los policías a verificar si el contenedor robado horas antes estaba en el lugar, el guarda salió a atenderlos y, mientras conversaba con ellos, el pistolero los emboscó y acabó con la vida Ramírez.
Asimismo, el policía que sobrevivió contó a las autoridades que el chofer que llevó ese camión hasta ahí se encargó de mover la patrulla para que salieran dos carros que estaban en la propiedad. En uno de ellos huyó el gatillero.
Móvil del robo
Pese a que la unidad canina del OIJ dio positivo en rastros de droga en el contenedor que fue abandonado en la quinta donde se dio la balacera, la Policía Judicial descarta por ahora un tumbonazo de droga, pues revisaron las cajas de la mercadería y las paredes del vagón y no apareció ningún paquete.
El jefe del OIJ de Heredia indicó que el camión fue asaltado con el objetivo de vender en el mercado negro esa mercadería, la cual tiene un valor de unos ¢50 millones.
El camión salió de Cañas, Guanacaste, la noche del viernes con destino al aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela, pues la tilapia iba a ser exportada a Estados Unidos.
Cerca de las 9 p. m., el conductor se detuvo para orinar a un lado de la vía cerca del cruce de Miramar de Puntarenas y en ese momento fue interceptado por varios sujetos, quienes lo amarraron, lo metieron al camarote y se lo llevaron.
Luego de recorrer varios kilómetros, los sujetos se detuvieron sobre la ruta 27, pasaron el contenedor a otro cabezal que era conducido por Arroyo Jiménez, quien se encargó de llevargo hasta la quinta en San Isidro de Heredia.
Mientras, el otro automotor fue llevado hasta Cartago junto con el conductor asaltado. Allí fue abandonado sobre la carretera Florencio del Castillo.
Una vez que el conductor logró soltarse las amarras, buscó un teléfono y reportó a su patrono el robo. El dueño del contenedor revisó las coordenadas del sistema de geolocalización satélital (GPS) que tiene el cargamento y dio aviso a las autoridades sobre su paradero en San Isidro.
Cuando los oficiales llegaron al lugar ocurrió la balacera que acabó con la vida del policía.
La quinta donde ocurrió el crimen es propiedad de un extranjero que se encuentra fuera del país. El administrador es un vecino de la zona, quien dijo que el guarda se encargaba de vigilar el lugar en las noches.
El caso se mantiene bajo investigación para dar con el paradero del sospechoso de matar a los oficiales.