30/03/13 Barrio Los angeles Atenas Seguimiento del fallecimiento del bombero Andres Cruz Castro que falleci en labor el psado miercoles santo en la foto Sofa Cruz, Milena Cruz y Alisssa Cruz hijas del fallecido foto:Adriana araya
Atenas. La primera vez que Andrés Cruz Castro apareció en un periódico de difusión nacional fue el sábado 6 de octubre del 2012, pero ni siquiera salió su nombre. Solamente su familia supo que uno de los anónimos bomberos de guantes verdes que removía escombros en la fotografía, era el ateniense de 31 años.
Karol Chaves, su esposa, muestra el recorte del diario y recuerda que él no debió haber estado allí, así como tampoco estaba planeado que asistiese al incendio que acabó con su vida el pasado miércoles 27, en Turrubares.
Ese día hubo una dosis de improvisación pues Cruz tenía planeado un paseo para celebrar el cumpleaños de su cuñada. Sin embargo, cambiaron sus planes, como también pasó cuando debió excusarse de asistir a un bingo que se había organizado, para ayudar en La Capri.
El martes, Cruz estaba en la terraza de su casa cuando un colega lo llamó para que ayudase a controlar un incendio. Su esposa, desde el interior de la casa, escuchó la conversación.
“¡Ay, mae! No puedo ir porque debo ir con la doña al monte de la Cruz. Espérese, que voy a ver qué hago”, dijo Cruz, de 31 años, según recuerda su compañera.
Entonces, el voluntario entró a hablar con su esposa. Ella le señaló que que prefería que él fuese al paseo. Cruz contestó un “¡Diay!” desganado y fue a llamar para avisar que saldría con su familia.
“En eso que yo llegué, lo vi como un chiquito al que no le habían dado permiso, y le dije: ‘Cuelgue, cuelgue. Vaya’. Él me dijo: ‘ ¿En serio?’, y yo le contesté: ‘Vaya’”, cuenta la señora.
“Entonces él preguntó: ‘¿Y usted cómo va a ir con las chiquitas?’, y le respondí: ‘Démosle el carro a mi cuñado: que él se las lleve, y yo me voy con mis papás’.
“Me dijo: ‘¿Segura?’. Entonces le contesté: ‘Sí, segura’.
”Como esa noche le tocaba ir a dormir a la estación, devolvió la llamada y dijo al jefe de él: ‘Yo voy, pero ayúdeme a cambiar la noche de hoy para quedarme hoy con las chicas a la hora de dormir’. Cuando colgó me preguntó que si estaba brava, y le dije que no, que Dios sabe por qué hace las cosas”, recuerda Chaves.
Tras el fuego. Cuando la señora bajaba del monte de la Cruz, recibió una llamada del director del Cuerpo de Bomberos, Héctor Chaves, quien le anunció que su esposo había fallecido en Puriscal.
Al llegar ella a Atenas ya estaba listo un cuarto para atenderla, y el equipo que empezó a preparar los ritos funerales la incluyó en todas las decisiones.
“El acompañamiento de Bomberos fue impresionante. En un momento estaba decidiendo con mis suegros dónde enterrarlo, y don Héctor sintió que algo estaba mal. ‘¿Está todo bien?’, me preguntó, y yo le dije que mi suegra se sentía mal. A los cinco minutos estaban los paramédicos”, dice la viuda, quien cuenta la historia con sus hijas en brazos y la placa metálica de su marido en las manos.
El funeral de honor de Andrés Cruz comenzó con una caravana desde las instalaciones de la Medicatura Forense, en Heredia, el jueves; pasó por el aeropuerto de Alajuela, donde toda la maquinaria y el personal le rindieron homenaje; transitó entre sirenas por la carretera de San Ramón, y acabó con un helicóptero que sobrevoló el sepelio en el cementerio de Atenas.
Luego, los bomberos entregaron la bandera que cubría el féretro a Edel María Castro, madre de Andrés Cruz, y el casco a la esposa. Mario Cruz, padre del fallecido, recordó el abrumador sentimiento de orgullo por la entrega de su hijo:
“Ellos evitaron que se quemaran diez casas. Andrés murió, sí, pero estas no se quemaron”.