La bebé a quien se le practicó un trasplante cardiaco el 5 de diciembre falleció ayer en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Nacional de Niños, víctima de una infección.
El cardiólogo y director a.i de ese centro hospitalario, Abdón Castro Bermúdez, destacó que la pequeña murió en la madrugada, luego de ser sometida a una serie de tratamientos tendientes a controlar el proceso infeccioso.
El especialista dijo que la niña logró una considerable mejoría en la segunda quincena de diciembre, pero, durante el fin de año, fue atacada por un agente al cual no pudieron vencer.
Una de las complicaciones más importantes que sufren las personas a quienes se les practica un trasplante --recordó-- son las infecciones pues, para evitar el rechazo del órgano ajeno, se les reduce, mediante medicamentos, las posibilidades naturales que tiene cualquier organismo de defenderse. Quedan, por tanto, más vulnerables a ser atacados por cualquier agente patógeno.
La pequeña fue operada tres días después de su nacimiento porque se le había detectado, cuando aún estaba en el útero, una malformación congénita conocida como hipoplasia de las cavidades izquierdas (consiste en que la parte izquierda del corazón no se formó adecuadamente). Por tal deficiencia, el órgano no podía realizar normalmente las funciones de bombeo.
En aquella ocasión, el jefe de cirugía del Hospital Nacional de Niños, Gerardo Mora Badilla, explicó que ese defecto era incompatible con su vida y que eran muy pocos los pequeños que lograban sobrevivir con un cirugía para reparar el daño cardiaco. La mejor opción era el trasplante.
Abdón Castro señaló que aunque en este nomento solo Róbert Hernández sobrevive a un trasplante cardiaco infantil, el equipo de especialistas seguirá con el programa pues constituye una posibilidad de vida que se le puede dar al paciente.