Una repentina erupción del volcán Turrialba, formada por ceniza, gases y aerosoles (partículas sólidas de compuestos químicos), hizo ayer que se declarara alerta amarilla (preventiva) para los cantones de Turrialba, Alvarado y Jiménez.
Las emanaciones comenzaron poco después de la 3 p. m. y todavía anoche se mantenían de manera constante, dijo Raúl Mora Amador, de la Escuela Centroamericana de Geología de la Universidad de Costa Rica (UCR.
“Son erupciones que se levantan 200 o 300 metros sobre el cráter y, como está pegando viento, se mueven hacia el suroeste y al oeste”, dijo el vulcanólogo.
El experto informó, al igual que la Red Sismológica Nacional en un boletín de prensa, que la actividad sísmica es muy baja y no hace prever que pueda salir lava.
Sin embargo, la Comisión Nacional de Emergencias prohibió el acceso de visitantes al parque.
En los meses subsiguientes continuó con la emanación constante de gases, pero, esta semana, vecinos alertaron a los vulcanólogos por una actividad inusual.
El miércoles, los especialistas evaluaron lo ocurrido y descubrieron, precisamente en el área donde se abrió el boquete, un flujo de azufre de unos 200 metros de largo. Mora señaló que el azufre está entre los 120 a 300 grados Celsius, y que es una anomalía que se presenta en los volcanes activos. Sin embargo, advirtió que, de 1.500 volcanes activos del mundo, solo se ha reportado en 16.
Los vulcanólogos volvieron de nuevo ayer al Turrialba cuando detectaron que la temperatura de las fumarolas alcanzaba los 550 grados Celsius. En los últimos meses la temperatura era más baja.
La erupciones actuales fueron catalogadas de “freáticas” por sus componentes.
Para los especialistas, la actividad del Turrialba ocurre en el sistema hidrotermal del volcán y la califican como superficial, pues ocurre entre los 500 a los 1.000 metros de profundidad.
Mora recordó que la última vez que en el Turrialba hubo magma fue en 1864, con una erupción que estuvo precedida de erupciones freáticas.
Anoche, en las comunidades de los alrededores del volcán se vivía un ambiente de tranquilidad. Los pobladores decían no conocer qué era lo que estaba sucediendo.