"Las autoridades piensan que con poner una señal de alto en una esquina es suficiente para evitar accidentes entre carros y el tren. Pero no, a veces, esa señal está hasta tapada por la maleza y obviamente no se ve", aseguró Gerardo Obando Fallas, chofer sordo que colisionó contra la locomotora el 10 de junio en Sabana Sur, San José.
Según contó, el accidente ocurrió cuando él intentó cruzar la línea férrea frente al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). En ese momento, tenía poca visibilidad porque llovía mucho y, cuando se percató, "tenía al tren encima".
Esta es la primera vez que un chofer sordo colisiona contra el convoy en el país, según el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer).
No obstante, Obando clamó para que el Incofer y el Consejo de Seguridad Vial (Cosevi) se "preocupen por la existencia de una señalización clara, que vaya acompañada de luces y no solo de sonidos".
"Lo que hay ahora no es suficiente y eso lo notamos al ver tantos accidentes de este tipo, ya sea que los conductores sean sordos o no. A más advertencias, más seguridad", señaló.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), con base en el Censo del 2011, hay 74.000 sordos en el país.
Se intentó conocer cuántos de ellos tienen licencia para conducir, pero Hugo Jiménez, director de Educación Vial, aseveró que no existe el dato.
Ideas. El afectado dijo que el Incofer debería reunirse con representantes de la población sorda, quienes podrían recomendarles cómo mejorar la señalización.
Detalló que, por ejemplo, le podrían indicar a esa entidad que hay lugares en donde las líneas férreas no se observan bien, lo cual podría provocar un "grave accidente". Estas deberían estar pintadas de amarillo para poder distinguirlas, según Obando.
"Por el lado de San Pedro es una tortura. En algunas ocasiones, yo paso por una y me doy cuenta porque siento que el carro se me va como en un pequeño hueco. Entonces, si uno no las logra ver desde lejos, es obvio que no nos vamos a fijar si viene o no el tren", manifestó.
Además, señaló que los trenes deberían tener una "gran" luz intermitente en la parte frontal, que se pueda ver de día y noche.
"Hay momentos en los que está lloviendo tanto que uno no puede ver casi nada. Pero si yo estoy cerca de una línea férrea y percibo una luz, me voy a detener porque sé que viene el ferrocarril", expresó.
Asimismo, aseguró que el plan para colocar agujas en los cruces del tren debería de "agilizarse".
Sin solución. Pese a las ideas de Obando, María Fernanda Arias, vocera del Incofer, manifestó que, por la falta de presupuesto, ellos solo se pueden hacer valer de tres recursos para alertar a los conductores: la señalización horizontal (pintado sobre la carretera), vertical y la pitoreta.
"No tenemos un elemento extra para avisarles a los sordos que viene el ferrocarril. Lo más que podemos decirles es que siempre que lleguen a una línea férrea, deben fijarse a ambos lados para ver si viene el tren".
Mientras, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) insistió en que la señalización vertical y horizontal es "para todo el mundo".
Omar Segura, jefe de prensa del MOPT, indicó: "Indistintamente de su condición física, estos son dispositivos de uso común. Además, cualquier persona que se acerque a una línea férrea está obligada a agudizar el sentido de la vista.
"Desconozco si a nivel mundial habrá algún elemento diseñado para sordos, pero, por lo menos, en Costa Rica no hay", dijo.
Se intentó conocer cómo va el proyecto para colocar agujas en los cruces del tren, el cual en enero estaba varado por un error de Cosevi, pero, al cierre de edición, no se obtuvo respuesta.
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Conductor asegura que no tenía visibilidad
Gerardo Obando Fallas viajaba el 10 de junio en su carro, desde Alajuela hacia San José, con su esposa e hija, de casi dos años. Cuando llegaron a Sabana Sur caía fuerte aguacero, el cual no le permitía tener mucha visibilidad, según dijo.
El afectado contó que estaba detenido frente al Ministerio de Agricultura y Ganadería porque el semáforo tenía la luz roja. Cuando este cambió a verde, Obando avanzó, pero el tren que viajaba de oeste a este lo golpeó y arrastró por unos metros.
"Yo adelanté porque el semáforo cambió. En ese momento, sentí una gran presencia a mi lado derecho. Cuando volví a ver, era el ferrocarril. Ya no había nada qué hacer", detalló.
Después del choque, Obando se bajó del vehículo para ver cómo estaba su familia; todos resultaron ilesos.
Por eso, se dirigió a conversar con el chofer del tren. "Me preguntó que si estaba bien. Después solo me pidió número de celular, el número de placa y mi nombre y se fue. Mientras me pedía eso, unos hombres movieron mi carro de la línea férrea para que el ferrocarril pudiera avanzar", recordó, al tiempo que señaló que el Incofer no se ha comunicado con él.
Pero, su travesía no culminó ahí. Pese a que quería llamar a una ambulancia para que revisaran a su familia, no podía hacerlo, debido a que el sistema 9-1-1 no tiene manera para comunicarse con los sordos.
Gerardo García, vocero del servicio de emergencias, admitió que el sistema que tenían caducó en el 2014.
Pero, agregó que trabajan para desarrollar un método para atender a esa población.
Se intentó conocer cuál debe ser el accionar por parte del chofer del tren en caso de accidente, pero María Fernanda Arias, vocera del Incofer, no respondió a las llamadas hechas a su celular.