Héiner Alvarado y su hijo José Julián, de 37 y 14 años respectivamente, salieron ilesos de un aparatoso accidente ocurrido anoche a eso de las 7 p. m. en Bajo Rodríguez de San Ramón y que casi les cuesta la vida.
Héiner manejaba un camión cargado con 200 quintales de ñampí procedente de San Ramón y con destino a una empacadora en La Perla de La Fortuna, San Carlos.
Según su versión, unos 600 metros antes de llegar al centro de población de Bajo Rodríguez, al comenzar a bajar, el vehículo de carga se quedó sin frenos.
"Por más maniobras que hice no lo pude controlar. Mi intención era sacarlo de la vía y recostarlo suavemente a un paredón. De repente me encontré dos carros estacionados y tampoco los puede evitar", dijo el chofer.
De hecho el camión colisiónó contra un Nissan Frontier y un Isuzu Dimas estacionados a un lado de la vía y sin ocupantes.
Luego el camión rodó 200 metros más y golpeó dos Toyota Tercel aparcados frente al restaurante El Gallito, contra que el que finalmente se estrelló y donde se encontó contra una gruesa columna de madera y cemento. La vía estaba seca, pues en esa zona no había llovido.
"En ese instante tampoco había gente en las afueras del establecimiento, circunstancia que ayudó a evitar una gran tragedia", explicó Alvarado.
Agregó que al arremeter el camión contra el restaurante, trozos de madera y una lámina de zinc quebraron el parabrisas y se introdujeron en la cabina.
"Mi hijo y yo pensamos que moriríamos degollados o que terminaríamos con la cara destrozada. Entonces optamos por echarnos hacia atrás y agacharnos, decisión que, con la ayuda de Dios, nos salvó la vida", contó Alvarado.
Los daños son millonarios dado que los cuatro vehículos que golpeó quedaron con destrozos totales y parciales.
A esos daños se agregan los causados a una pequeña sección del techo del restaurante, más los que presenta la cabina del mismo camión, cuyo cajón quedó inservible.
Agentes de la Policía de Tránsito investigan las circunstancias que rodearon el accidente.