Una adolescente de 15 años permanecía anoche en condición grave en el Hospital México, luego de que un derrumbe producido por las fuertes lluvias cayó sobre cuatro humildes casas.
El hecho se registró a las 5:25 p. m. en Las Gradas, sector de la “primera parada” de la ciudadela La Carpio, en La Uruca, San José.
Según vecinos, en medio del torrencial aguacero que caía se escuchó un estruendo y, al salir, observaron dos ranchos casi derribados y gritos desesperados de dos mujeres.
Una de ellas era una menor de 15 años, quien permaneció durante algunos minutos sepultada por material que se desprendió de un paredón, dijeron vecinos.
En otra casa, situada a la par de la que ocupaba la menor, dormía Norma Rivera, de 66 años, quien estuvo atrapada de la cadera hacia abajo más de dos horas.
Jim Batres, subdirector de Operaciones de la Cruz Roja, confirmó que la menor sufrió un paro cardiorrespiratorio, por lo que fue atendida por una unidad paramédica una vez rescatada.
“Tras las maniobras realizadas, se logró trasladarla con pulso hasta el Hospital México. Es una paciente crítica, en especial por el tipo de lesión que sufrió”, aseguró Batres.
Agregó que la labor de extracción de la anciana atrapada tardó un poco más debido a que se trabajó con mucho cuidado para no ocasionarle lesiones.
Unos 30 rescatistas, entre bomberos y cruzrojistas se dedicaron a ayudar en el rescate.
Para la Cruz Roja, el principal inconveniente contra el que tuvo que luchar anoche fue la inestabilidad del terreno, la fuerte lluvia y la carencia de iluminación, por lo que tuvo que instalar varias lámparas móviles.
Al menos 20 oficiales de la Fuerza Pública convencieron a los vecinos para que abandonaran sus ranchos, ante el temor de que ocurriera otro deslizamiento.
Cristian Castro Aragón, presidente de la Asociación de Desarrollo Comunal de La Carpio, dijo que, a causa de las lluvias, fue necesario evacuar a 120 personas, integrantes de 15 familias, quienes no podían regresar a sus casas.
Todas ellas fueron trasladadas hasta un albergue provisional en el salón comunal del sector conocido como la “segunda parada”. Lo que más requerían anoche era de comidas no perecederas, pañales y cobijas. Para evitar saqueos, oficiales de la Policía tenían la orden de vigilar las viviendas.