Aquel viernes de Semana Santa, a las 3:56 p. m., Esperanza Gamboa recibió en el celular un mensaje de texto de su hija, quien le avisaba que estaba por llegar a la casa.
La joven Verónica Guerrero Gamboa, de 17 años, regresaba de Guanacaste hacia su vivienda en Escazú, luego de disfrutar de un paseo a la playa con sus amigos y bajo el cuidado de la madre de uno de ellos, la periodista Maricruz Leiva.
El viaje había sido perfecto, según le narraba la muchacha todos los días a su madre. Comían delicioso, salían a bailar y a caminar por la playa.
Sin embargo, la alegría se empañó para las familias poco después de aquel mensaje recibido en el teléfono.
A eso de las 4: 15 p. m., cuando el auto conducido por Leiva estaba a un kilómetro del peaje de Ciudad Colón, en la ruta 27, sucedió lo que la madre ahora califica como “un asesinato”.
Un joven de apellido Castro, de 22 años, quien según la Policía manejaba ebrio, invadió con su vehículo el carril contrario y colisionó de frente con el carro de la comunicadora.
Verónica murió en el hospital, mientras que Leiva, su hijo y otra amiga, sufrieron lesiones.
“Esto no fue un accidente. A este tipo, desde el momento en que se tomó el licor, fumó lo que fumó, se drogó con lo que se drogó, y agarró un volante, no le importó qué se iba a encontrar de frente. Él sabía lo que estaba haciendo. No es un homicidio culposo, es un homicidio premeditado”, expresó ayer Gamboa.
Reclama justicia. Pese a que el dolor la tiene destrozada, la madre decidió ayer presentarse ante la prensa para exigir justicia.
Lo hizo luego de que el juez penal de San José, Julio Gamboa, dejó en libertad y sin medidas cautelares al sospechoso, pese a que la Fiscalía pidió seis meses de prisión preventiva.
La justificación del juzgador fue que el imputado tiene arraigo laboral y familiar.
“Pues yo le voy a dar la resolución al juez de la nueva sentencia que va a dictar, porque, si lo encuentro de frente (al sospechoso), lo mato, y el juez me va a poder decir que quedo libre porque tengo 48 años de tener arraigo habitacional”, dijo la mamá.
“Yo sé que hay una ley celestial que lo va a castigar, pero, discúlpenme, yo soy humana, y a un desgraciado de estos yo lo quiero ver en la cárcel”, manifestó.
La mujer detalló que el caso lo asumirá el padre de la joven, quien es abogado.
Enfatizó que el país necesita leyes de cero tolerancia con el licor para los conductores, además de que las familias deben educar a la juventud.
“Jóvenes: no se crean superhéroes al tomar y conducir. Eso no es de héroes, como decía mi hija. Héroe es el que acepta la responsabilidad de dejar el carro si se ha tomado un trago”, agregó.
Verónica Guerrero cumpliría 18 años el próximo 7 de mayo.
La joven matricularía esta semana la carrera de Relaciones Internacionales en una universidad privada y estudiaba francés.
Gamboa afirmó ayer que la última semana fue de las más felices para su hija y agradeció a sus amigos y a Leiva por ello.