El incendio que afectó, este viernes, a la bloquera Prefabricados Santa Rosa y una fábrica de puertas en Turrialba, pone en peligro el trabajo de los 25 empleados de esos negocios.
El siniestro se produjo hacia las 3:25 de la madrugada y destruyó 1.366 metros cuadrados, de un total de 1.593 metros cuadrados, en el sitio conocido como El Coyol.
Los trabajadores ayudaron ayer a los dueños a recoger escombros, así como a buscar entre las cenizas lo que se pudiera salvar, para tratar de volver a levantar las empresas y mantener su ingreso familiar.
“Esto se sale de las manos. Es una pérdida total, hay máquinas destruidas completamente. A mí me duele por ellos (los trabajadores), todos necesitamos comer. Es muy duro ver quemarse el negocio”, dijo Reynaldo Rodríguez, dueño del negocio de puertas.
Eduardo Vega, propietario de las firma Prefabricados Santa Rosa, comentó que jamás esperaba un hecho como este y cree que saldrá adelante con la ayuda Dios y de los empleados.
“Cuando me dieron la noticia, (del incendio) me sentí impotente. Nada más me quedé viendo cómo todo se quemaba y no tengo palabras para describir lo que sentía”, expresó Vega.
Respuesta. Los bomberos de la localidad tardaron más de hora y media en sofocar la llamas, ya que la mayoría del material era altamente inflamable.
Según los ingenieros de la entidad, la temperatura superó los 900 grados centígrados.
“Manejamos la hipótesis de que un daño eléctrico en la cometida de entrada a las dos fábricas, fue el detonante del incendio. Observamos muchos daños en los centros de carga de las fábricas”, expresó Henry Morales, investigador del Cuerpo de Bomberos.
Parte de las pérdidas materiales de la fábrica de puertas incluyen cepilladuras, trompos, sierras y productos terminados, así como madera valorada en ¢12 millones.
En el caso de la bloquera Prefabricados Santa Rosa, se quemaron tres montacargas, un tractor pequeño, moldes de prefabricados, entre otros artículos.
Se estima que, en conjunto, las pérdidas podrían sobrepasar los ¢200 millones, pero sus dueños prefirieron que pasen los días para hacer un recuento de los daños.