Lo trajeron a Costa Rica hace 21 años, cuando era recién nacido. Hijo de padres nicaragüenses, el chofer –de apellido Castro– vinculado con un homicidio culposo, nunca ha salido del país. Ni siquiera conoce Chontales, su tierra natal en Nicaragua.
Así lo confirman los registros de la Dirección de Migración y Extranjería.
Su defensor público, Juan Carlos Salas, alegó ayer durante la audiencia de apelación de medidas cautelares, que era innecesario fijarle prisión preventiva, pues el joven ha desarrollado toda su vida en Costa Rica.
Salas explicó que haberle impuesto medida de prisión por el simple hecho de su nacionalidad, hubiese sido discriminatorio, pues esta persona fue formada en el sistema educativo costarricense, convive aquí con su familia y trabaja en el país.
Por otro lado, puntualizó que el conductor, ahora de 22 años, labora como operario en una transnacional desde hace dos años, de la cual no precisó el nombre por seguridad de su representado.
Migración también señaló que a Castro se le otorgó la cédula de residencia durante la amnistía migratoria de 1999, también llamada Régimen de Excepción.
En ese entonces, Castro tenía seis años de edad; ese documento se encuentra vigente hasta agosto del 2016.