Un bebé de año y siete meses falleció el 1° de abril anterior en el Hospital Nacional de Niños (HNN), donde fue atendido luego de que ingiriera un desengrasante de motor que depositaron en un envase de té frío.
El caso fue dado a conocer ayer por Olga Arguedas Arguedas, directora de ese centro médico, quien detalló que el pequeño era oriundo de La Cruz, en Guanacaste.
El afectado fue traslado en primera instancia al hospital de Enrique Baltodano Briceño, de Liberia, pero por su delicado estado, se optó por trasladarlo vía aérea hacia San José.
“El niño presentaba mucha hinchazón, quemaduras en la boca e inflamación de las vías respiratorias, por lo que siempre estuvo muy mal. Ingresó con paro cardiorespiratorio y falleció minutos después de llegar”, relató Arguedas.
Peligrosos descuidos. La jefa del HNN añadió que, en lo que va de este año, se han atendido 22 casos similares de menores que han tomado sustancias dañinas y en los que se han tenido que aplicar mecanismos de desintoxicación.
“Los adultos suelen trasladar líquidos peligrosos en envases de agua, jugo o refrescos para no tenerlos en su envase original que viene grande. Tuvimos tres casos muy graves, dos de los cuales pudieron salir adelante”, manifestó Arguedas.
Se trata de sustancias como ácidos, sustancias corrosivas y silicatos, los cuales por su cualidad suelen ser muy tóxicos, resaltó la médica.
“Hago un llamado para que esa práctica se erradique. Creo que se están vendiendo sustancias en envases muy grandes y por eso los echan en otros más pequeños”, expresó.