Alajuela. “Esto es una zozobra. Que Leyner no haya aparecido causa un dolor muy grande”.
Así describió Jesús Murillo el sentimiento de su familia porque, hasta la tarde de este martes, el mar no había devuelto el cuerpo de su sobrino Leyner Contreras Murillo, de 13 años.
Sus palabras se escucharon en la terminal de Base 2, en el aeropuerto Juan Santamaría, de Alajuela.
A ese sitio llegaron los cuerpos de Bertha Murillo Bolaños (madre de Leyner y hermana de Jesús), Beatriz Rodríguez Rojas y Olga Portillo Vargas, en una avioneta de las Fuerzas Armadas nicaragüenses,
Estas mujeres son las últimas tres víctimas encontradas luego del naufragio ocurrido el sábado en Corn Island, en Nicaragua, el cual cobró, en total, la vida de 13 costarricenses.
En otra aeronave, también llegó el sobreviviente Rolando Herrera Quesada, esposo de Beatriz Rodríguez. Él venía acompañado de dos hijos que viajaron a Nicaragua para apoyarlo.
Al igual que con los otros fallecidos, oficiales del Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) hicieron una escolta de honor y llevaron los cadáveres hasta una capilla, donde se llevó a cabo un servicio religioso.
Búsqueda. Al acompañar a los familiares de las víctimas, el presidente de la República, Luis Guillermo Solís, enfatizó en que se están “haciendo todos los esfuerzos necesarios para que el último costarricense pueda ser localizado”.
“Las autoridades costarricenses se han sumado a las nicaragüenses en esa búsqueda; tenemos la ilusión de que quizá el cuarto cuerpo aparezca en aguas costarricenses y, en ese sentido, se han intensificado las acciones de patrullaje”, añadió Solís.
El mandatario expresó que, tras este trágico suceso, queda la lección de que los Gobiernos deben hacer un esfuerzo mayor para evitar este tipo de accidentes.
Madre y abuela. En Base 2, también se encontraba Hilda Rodríguez, hermana de Beatriz, quien comentó que la familia se siente muy agradecida tanto con las autoridades de Costa Rica como con las de Nicaragua, por toda la ayuda prestada.
La familiar relató que su hermana estudió Enfermería pero no ejerció porque se dedicó al hogar. “Ella era la número 11 de 18 hermanos. Era una persona muy alegre, enamorada de su familia, amaba inmensamente a sus dos nietos”, narró la mujer.