Entre muchas manifestaciones de solidaridad, flores y cantos, ayer fueron sepultados los cuatro costarricenses víctimas de la tragedia aérea en el volcán Chichontepec, el miércoles anterior en El Salvador.
Templos en San José y Alajuela, abarrotados de amigos y familiares, fueron los escenarios del último adiós para Rolando Rivera Sánchez, Jesús Torres Redondo, Juan Carlos Vargas Núñez y Edward Harbottle Quirós. Además, del español José Rossel, quien residió en nuestro país durante 10 años.
Los cuerpos de Rivera y Vargas llegaron a Costa Rica a las 8 p.m. del sábado, mientras que los de Harbottle y Torres arribaron ayer a las 2 a.m. en un vuelo regular de Aviateca.
La carencia de un sello del Ministerio de Salud de El Salvador, así como la difícil preparación de los cuerpos en la funeraria, dificultaron la repatriación.
"Mi esposo se fue en la noche para ayudar al personal de la funeraria y el Consulado nos ayudó mucho con el documento que faltaba, hasta que por fin salimos", dijo María Marta Salazar, cuñada de Jesús Torres.
En El Salvador aún quedan 11 cuerpos, de cinco noruegos, dos daneses, un estadounidense, un ecuatoriano y dos miembros de la tripulación guatemalteca.
Ahora los esfuerzos de las autoridades salvadoreñas están centrados en la localización de la "caja negra" de la aeronave, por lo que miembros de la Policía Nacional Civil requisan todas las viviendas de los poblados vecinos.
El vuelo 901 se estrelló el miércoles pasado, a las 8:30 p.m., en el volcán Chichontepec. El Boeing 737 procedía de Guatemala y tenía planeado hacer escalas en El Salvador y Nicaragua para llegar a su destino, Costa Rica. Murieron los 58 pasajeros y 7 tripulantes.
Enrique Beltranena, gerente general de Aviteca, informó ayer de que se contrató a la aseguradora Robin Aviation, con sede en Londres, para que se encargue del proceso de pago de indemnizaciones a los parientes de los fallecidos.
Multitudinaria despedida
Bajo un ardiente sol, que se sumó al calor humano de muchos compañeros de causas y familiares, se celebraron las honras fúnebres del sociólogo Rolando Rivera Sánchez -a las 9 a.m.- en la iglesia de Concepción Abajo de Alajuelita. Fue sepultado en el cementerio Jardines del Recuerdo, en Heredia.
Casi en forma simúltanea se realizaron las exequias de Jesús Torres Redondo, en la iglesia de Santa Teresita, en el barrio josefino de Aranjuez.
Al finalizar la ceremonia religiosa, sus hermanos agradecieron a todos los amigos "que se unieron al vía crucis que ha vivido la familia durante los últimos días". Su restos reposan en el cementerio Montesacro.
La iglesia La Agonía, en Alajuela, reunió a otra multitud que despidió a Juan Carlos Vargas Núñez, en medio de cantos que sensibilizaron aún más los corazones de los asistentes.
"Juan Carlos es una semilla que hoy vamos a plantar y Dios la hará cosechar", fueron las palabras del sacerdote al concluir el acto litúrgico.
De igual forma, a las 3 p.m., en el templo de barrio Córdoba, San José, en una emotiva ceremonia, centenares de personas dieron el último adiós a Edward Harbottle Quirós.
"Agradezco primero a Dios, por prestarnos a Edward durante estos años, por el ejemplo que nos dio, a sus padres y hermanos", expresó -en medio del llanto- su padre, Eduardo Harbottle.
Participaron en esta información Vanessa Bravo y Pablo Bulgarelli, redactora y colaborador de La Nación.
La paz del descanso
Para las familias de las víctimas del accidente aéreo en El Salvador, ayer fue el final de muchos días de angustia por la espera de los cuerpos. Ahora empieza la lucha por reponerse de la ausencia.