Los habitantes del poblado de Drake, Osa, se vieron sorprendidos la tarde de este lunes cuando el fuerte oleaje llevó agua del mar hasta las calles, casas y negocios del pueblo.
La situación se vivió cuando las olas superaron los cuatro metros, lo que hizo que el agua del mar llegara con fuerza hasta algunos negocios de abarrotes y sodas donde tuvieron que cerrar las puertas y subir algunos artículos dijo, vía telefónica, Samuel Arce, vecino.
"Nunca había visto algo parecido en muchos años de vivir aquí. El golpeteo de las olas era muy fuerte y se elevaban hasta cuatro metros", acotó.
Las calles se convirtieron por minutos en mares y en vez de que circularan carros, motos y bicicletas, circulaban botes y lanchas, afirmó Juan Castro, otro vecino.
El director del Instituto Internacional del Océano, de la Universidad Nacional, Alejandro Gutiérrez, dijo esta noche que según los pronósticos, la afectación que hubo el fin de semana tenía hoy lunes réplicas en el Pacífico norte y el Pacífico sur de nuestro país, sin embargo a partir de esta noche los oleajes vuelven poco a poco a la normalidad y para el miércoles toda afectación habrá desaparecido.
Lo anterior en relación con el tren de ondas originadas por tormentas en el sur del océano Pacífico y cuya afectación más fuerte se generó el fin de semana.
El fenómeno provocó el vuelco de una embarcación en la que fallecieron cuatro personas y el de otra barcaza que provocó contaminación del agua, ya que tenía 180 toneladas de fertilizante.
Gutiérrez afirmó que en otros países de Centroamérica como El Salvador y Guatemala hubo hoteles inundados el fin de semana, a raíz de los fuertes oleajes en la costa Pacífica.