El papá de una niña de tres años, asesinada el 8 de diciembre en La Tabla de Río Cuarto de Grecia, Alajuela, incriminó ayer al único acusado del caso, de apellido Rojas, al declarar ante el Tribunal de Juicio de San Carlos.
El testigo, por momentos con la voz quebrada y sollozando, aseguró que el ahora imputado “no dejaba de mirar a mi chiquita”.
“Le dijo que tenía unos colochitos muy lindos y seguía viéndola muy raro. Yo le ordené a mi hija que no se le acercara”, declaró ante los jueces Rolando Salas, Marco Lizano y Humberto Rodríguez (quien preside el debate).
Rojas llegó para disfrutar de una fiesta familiar a la que acudieron otras 25 personas.
“Yo no lo conocía y por eso no le di dormida”, añadió el testigo.
La mañana del 8 de diciembre pasado los padres de la menor salieron para acompañar a unos familiares hasta una parada de buses. El padre vio a Rojas tirado en el corredor de la casa y pensó que “dormía la borrachera”.
Por eso, no se preocupó y volvió 10 minutos después sin pensar “en nada malo”. Sin embargo, encontró la puerta principal abierta y su hija de tres años ya no estaba.
Había rastros de sangre en la cama donde la había dejado, también en el piso y otras partes de la casa.
Rojas, quien ha sido investigado por delitos sexuales, había desaparecido, llevándose a la pequeña, según las autoridades judiciales.
El cadáver de la niña apareció dos días después en un sector montañoso de Río Cuarto de Grecia.
Murió a consecuencia de heridas en distintas partes del cuerpo, según informes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Rojas fue detenido cuando intentaba llegar a Naranjo de Alajuela, donde planeaba conseguir trabajo en una finca cafetalera.
El juicio continuará hoy y podría concluir el próximo viernes, estiman las autoridades.