El Ministerio de Seguridad Pública inició la semana anterior la destrucción de 600.000 proyectiles de diversos calibres que estaban almacenados en la Dirección Nacional de Armamento, en Coronado.
William Hidalgo, director de Armamento, explicó que se trata de munición que se halla en buen estado, pero que había sido decomisada al hampa; otra a la cual le venció la vida útil y, finalmente, había balas que del todo no servían.
Precisó que ese material representaba un peligro para la seguridad pues se debía tener bien custodiado, para evitar que se lo robaran, aparte de que el aposento estaba aislado para evitar que fuera alcanzado por un incendio.
La destrucción se realizó en un horno donado por la Organización de Estados Americanos (OEA) e instalado por el ingeniero Rafael Ortiz Perdomo, del Ejército de Guatemala, en el local de la Dirección de Armamento.
William Hidalgo dijo que el horno tiene cuatro ollas y funciona con gas. Explicó que tiene una capacidad de destruir 35.000 proyectiles y dura entre 30 y 40 minutos. Precisó que por día se pueden hacer unas tres destrucciones, porque el equipo necesita un tiempo para enfriamiento.
El jefe de la Dirección de Armamento dijo que todavía queda en bodega munición calibre 50, la cual será sometida a un proceso distinto para eliminarla.
Paralelamente, Hidalgo dijo que, mediante otro proceso, se eliminan armas y cargadores que fueron decomisados a particulares, pero explicó que es una tarea lenta. Hasta el momento se han destruidas 143 armas y se espera hacer lo mismo pronto con 15 ametralladoras y 102 subametralladoras.