Un hombre, cuyos restos aparecieron en dos lotes baldíos entre el 8 y el 9 de julio, fue asesinado y luego descuartizado por sustraer drogas y otros artículos a un vendedor de estupefacientes de León XIII, en Tibás, San José.
Esta es la hipótesis que manejan las autoridades judiciales para esclarecer la muerte de Juan Carlos Saborío Romero, de 32 años, soltero y sin hijos.
Este hombre, sin trabajo ni oficio conocidos, era adicto al
Desapareció la noche del 7 de julio y, un día después, vecinos encontraron su cabeza en un lote baldío de dicha comunidad.
Partes del cuerpo, las piernas, el tronco, los brazos, aparecieron al día siguiente en otro lote baldío de La Peregrina, en La Uruca.
Según la Policía, Saborío fue ultimado por venganza.
Las autoridades estiman que lo descuartizaron con una sierra.
Anteanoche, los investigadores, apoyados por oficiales de la Fuerza Pública, allanaron dos casas y uno de los al menos 12 búnkeres que funcionan en León XIII.
Estos lugares, siempre custodiados por sujetos que alertan sobre la presencia de policías, son utilizados para la venta y consumo de drogas. Los narcos construyen estos locales, rodeados de muros y algunas veces con puertas de acero, en sitios de muy difícil acceso.
Los adictos compran las dosis que deseen y se quedan allí consumiendo hasta quedarse sin dinero. Usualmente, llevan artículos que roban en sus casas o en la vecindad, precisaron las autoridades.
Aunque no detuvieron a nadie, el OIJ se incautó de diversos artículos que, confían los agentes, permitirán encauzar las pesquisas.
El subdirector del OIJ, Francisco Segura, confirmó que encontraron varias armas, entre ellas cuchillos. Además, una sierra pequeña.
Todo fue cuidadosamente levantado y enviado a Ciencias Forenses, en San Joaquín de Flores, Heredia, para que los expertos determinen si contienen restos de carne o sangre humana.
La Policía cree que se trata de las “herramientas” con las que desmembraron a la víctima. Segura precisó que no detuvieron a nadie, pero recordó que el objetivo de la incursión en León XIII era solo reunir posibles evidencias.