Un histórico decomiso se realizó la mañana de este jueves en el centro penitenciario La Reforma durante una requisa extraordinaria. Las autoridades penitenciarias encontraron 580 armas blancas y poco más de ¢3 millones entre los privados de liberta. Además también se incautaron 68 litros de licor clandestino, 10 celulares y 800 gramos de drogas entre crack y marihuana.
Un histórico decomiso se realizó, en la mañana de ayer, en el centro penitenciario La Reforma durante una requisa extraordinaria.
Las autoridades penitenciarias encontraron 580 armas blancas y poco más de ¢3 millones entre los presidiarios.
Además, se decomisaron 68 litros de licor clandestino, diez celulares y 800 gramos de drogas entre
El operativo involucró aproximadamente a 1.000 personas, entre Bomberos, Cruz Roja, Policía de Tránsito, personal de la Caja, OIJ y 430 policías penitenciarios, acompañados de unos 210 efectivos de la Fuerza Pública.
Fernando Ferraro, viceministro de Justicia, dijo que “esta intervención es parte de las medidas que se han tomado para recuperar la seguridad en los centros penitenciarios, donde los oficiales están en franca desventaja al entrar desarmados a las diferentes instancias penales”.
La requisa extraordinaria se inició hacia las 7 a. m. y se efectuó en todas los ámbitos del centro penitenciario. Sin embargo, la mayor cantidad de artículos descubiertos por las autoridades estaban en el área de mínima cerrada, conocida como “Abierto B”.
“Nunca en la historia se habia dado un operativo de esta magnitud”, dijo Mario Zamora, ministro de Seguridad, y agregó que las condiciones de convivencia se podrán mejorar en tanto se elimine este tipo de objetos dentro de la prisión.
Wálter Navarro, viceministro de Seguridad Pública, manifestó al respecto que “es increíble el ingenio de las personas, pero lamentablemente lo usan para el mal y no para algo constructivo”.
Otra de las cosas incautadas que sorprendió a las autoridades fue el licor clandestino, guardado en botellas de refresco viejas y hasta en cubetas.
Los reclusos fermentaban el licor dentro de sus celdas utilizando, para aligerar el proceso, levadura, ralladura de zanahoria y hasta ropa sucia y gusanos.
Las autoridades no descartan que se repitan operativos similares en otras cárceles.