Reclusas se quejan porque las separaron de sus hijos

Once reclusas de El Buen Pastor permanecen lejos de sus hijos pequeños cuatro días a la semana, debido a una remodelación en el módulo de Casa Cuna de ese centro penal, ubicado en San Rafael Arriba de Desamparados.

Fue a causa de estos trabajos que las mujeres fueron trasladadas a la Escuela de Capacitación Penitenciaria, en La Uruca.

Uno de los casos es el de Carolina Obregón, que entró a prisión con su hijo Jonathan, de diez meses (ahora de un año y cinco meses), en junio pasado. A finales de agosto, ella y otras 23 mujeres debieron ser reubicadas con sus hijos en la academia policial de La Uruca.

Sin embargo, las autoridades de Adaptación Social acordaron que los niños mayores de un año debían ser llevados a una guardería privada, en Desamparados, de martes a viernes, y regresar con sus madres el resto de los días.

Obregón afirmó que no comprenden por qué sus hijos no pueden permanecer con ellas, ya que esto les ha impedido, por ejemplo, darles la leche materna a diario.

Por esto, interpuso en setiembre un recurso de amparo, alegando que existía una violación al principio del interés superior del niño y el derecho a la maternidad. La Sala Constitucional rechazó el amparo el 7 de octubre, al considerar que la separación de los hijos se hizo por las ampliaciones estructurales en El Buen Pastor.

Además, indicaron que las madres aceptaron, antes de que ocurriese el traslado, que los hijos se mantuviesen con familiares o en la guardería de martes a viernes.

Consultada por La Nación, Sonia Chaves, pediatra especialista en lactancia materna, dijo que los niños no deben ser separados de la madre ni impedidos de recibir la lactancia materna durante los dos primeros años de vida, ya que esto les afecta su seguridad, confianza y actitud ante la vida.

Preocupadas. Obregón afirmó en una entrevista con La Nación, el 23 de octubre, que se vieron obligadas a aceptar la medida de enviar a sus hijos a la guardería porque no tienen familiares que los cuiden.

“Era eso o enviar a nuestros hijos a un albergue del PANI (Patronato Nacional de la Infancia)”, comentó.

Los menores afectados tienen entre 11 meses y 1 año y ocho meses. Todos son cuidados por dos trabajadoras de la guardería.

La mujer se mostró preocupada porque varios de ellos llegaron de la guardería con moretones y arañazos. Además, manifestó que los pequeños lloran cada vez que los deben entregar.

La Defensa Pública presentó desde el 24 de octubre una queja al Juzgado de Ejecución de la Pena para suspender el traslado de los menores a la guardería.