Los agentes destacados en el retén del kilómetro 37 ven ese puesto como la oportunidad de ejercitarse. El sanitario más cercano y el agua están a 500 metros, en la delegación de Villa Briceño, Golfito.
El día en que la embajadora Anne Andrew visitó el puesto, una inmigrante indocumentada pidió prestado el servicio sanitario. Apenados, los agentes le indicaron que debía esperar hasta el arribo de la patrulla que la llevaría hasta la sede policial de Río Claro.
Mejorías.
Para el consultor en seguridad, Paúl Chaves, el retén del kilómetro 37 dista mucho del ideal de un puesto dedicado al control fronterizo.
“Debería tener una dotación mínima de 15 hombres, una habitación para la revisión de mujeres (por parte de policías femeninas), celdas, una oficina de comunicaciones y antena con cobertura para todo el país”, dijo.
Chaves consideró que también es necesario un espacio para el chequeo de vehículos –todos los carros que pasan por ese sitio son revisados–, equipos de escaneo y buena iluminación.
El puesto solo cuenta con una luz de mercurio.
“Hay que tomar en cuenta que ese es un punto de estrangulamiento de la carretera. La vía es usada para el traslado de droga”, aseveró.